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302 EL MITO, HERMENEUTICA Y FILOSOI-IA evolución que va de lo vivido inmediatamente a la objetivación pos­ terior en las mitologías, es decir, el paso de la inmediatez vivida y, por tanto inobjetivable, a la traducción de ese comportamiento en los relatos mitológicos. El relato mitológico es una fosilización del mito que era primitivamente vida, no un objeto diferenciado '. Es curioso observar que el propio vocablo «mythos» ( = palabra) es producto de una intelectualización que reduce el mito a su ex­ presión objetivada en los relatos míticos; estos sólo aparecen cuan­ do la fuerza vital del mito se ha ido debilitando y se ensayan nuevos procedimientos para restaurar aquella primitiva unidad de hombre y mundo que, aunque históricamente no se dio nunca porque se opone a ello la estructura esencial del hombre, es una perenne aspiración, como demuestran los innumerables mitos de un «paraí­ so primordial». El error de! positivismo de Comte fue identificar el mito con su expresión más artificial y debilitada: con las mitologías. El uni­ verso mítico se vio a través de su cristalización en los relatos mito­ lógicos que significan una racionalización de lo mítico; de este modo, se podrá defender la tesis de que el mito es un intento fallido de racionalidad y, al aplicarle los esquemas lógicos de un mundo cultural distinto, se llegará al esquema «prelógico-lógico», brillantemente defendido por Lévy-Brühl. Fue el propio Lévy-Briihl el que se dio cuenta de esta falsificación contra la que también protestaron Leenhardt, Gusdorf, Malinowski y otros muchos; el mito hay que entenderlo en función de la existencia humana y de una determinada estructura social, pero no en función de una for- malización posterior y extraña al universo mítico. La más fecunda investigación actual sobre el mito se define como reacción frente a los simplistas esquemas del positivismo. Ricoeur, por ejemplo, protesta vigorosamente contra ello y aboga por una completa «des- mitologización» que significa algo muy distinto de lo que quería decir Bultmann, divulgador del vocablo Entmythologisierung; sig­ nifica substraer al mito esa dimensión lógica que se le ha añadido extrínsecamente y que no tiene nada que ver con el mito, sin hacer otra cosa que falsearlo; desmitologizar como operación previa, co­ mo «reducción fenomenológica», para poder mitificar, es decir, tomar al mito tal como es en sí mismo, tal como se presenta a sí mismo — «elucidación esencial»— y dejar de lado todo lo que no es más que una traición al mito y un sinsentido semejante al inten- 1. Cf. Malinowski, B., Estudios de psicología primitiva. 3.a ed., Buenos Aires 1963, pp. 32-33, 39; Van der Leeuw, G., Fenomenología de la religión. México 1964, p. 398.

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