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316 EL MITO, HERMENEUTICA Y FILOSOFIA las distintas épocas. El mito se sigue usando en Grecia después de Sócrates; una hojeada a la historia de la literatura y del arte no deja lugar a dudas, pero la fuerza que tiene el mito para el hombre arcaico ha desaparecido; ahora lo que aparecen son crea­ dores individuales de mitos en los que tienen un sentido cada vez más alegórico. La postura de Aristóteles es significativa; ya no se usa el mito ni en el sentido de Platón sencillamente porque ese mundo suprasensible para el que lo usaba Platón queda suprimido e inmanentizado. Aristóteles reconoce a los mitos un valor simbó­ lico y alegórico e incoa la idea de que es algo propio de las edades primitivas al afirmar que en cierto sentido el mito es la manera primitiva de hacer filosofía (Met A 2, 982 b) que debe ceder el puesto a la razón soberana. Aristóteles representa una primera pos­ tura racionalista frente al mito y, como fue por mucho tiempo la única interpretación autorizada de los presocráticos, se explica la interpretación de estos como salto del mito al Iogós. El representante más importante de la interpretación alegórica de los mitos es Evemero de Messina (h. 330-260 a. d. C.) que hace de los mitos alegorías tomadas poéticamente del mundo humano. De este modo, el rechazo de todo valor ontològico del mito se hace universal y no se queda sólo en las teogonias de Hesíodo o Feré- cides que ya había rechazado el propio Platón B. Evemero fue tra­ ducido al latín por el poeta Ennio, influyó en Varrón y luego en todo el mundo latino, incluido San Agustín 24 y es uno de los res­ ponsables más directos de la identificación de mito con relato fantasmagórico, pues su interpretación tuvo gran alcance2S. Por este tiempo, además, queda definitivamente consagrado un término que será luego el gran enemigo del mito porque pretende dar satisfacción plena a la misma problemática del mito y a un nivel de racionalidad muy superior. Kerényi se ha detenido a de­ mostrar con argumentos filológicos lo que por principio es eviden­ te: el término «teología» —creado por Platón y consagrado por Aristóteles en el 1. XII de la Met — es producto de una época de desmitologización26. Con ello ha quedado desvirtuado el último reducto del mito: desmitologizado y racionalizado el cosmos, ha­ biéndose buscado una explicación racional del hombre en todos 23. Rep. II, 377c; III, 386ss. Leyes I, 636c, 907ss. 24. De civ. Dei IV, 27. 25. Cf. E lude, M., Aspeets du mythe, pp. 189-192; Pinard de la Boullaye, H., El estudio comparado de las religiones. Madrid 1940, voi. I, pp. 44-48. 26. Kerenyi, K., Il linguaggio della teologia e la teologia della lingua, en L'analisi del linguaggio teologico. Istituto di Studi Filosofici, dir. d. E. Castelli, Padova 1969, pp. 23-27.

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