PS_NyG_1970v017n003p0301_0350

312 EL MITO, HERMENEUTICA Y FILOSOFIA las cosas y, unido al amplio Tártaro (otra imagen del vacío) dio origen a la primera generación de inmortales 14. Damascio nos rela­ ta otra cosmogonía que tiene el mismo sentido. Este mismo pen­ samiento se encuentra en Anaximandro; el «ápeiron», lo indeter­ minado se puede entender como el principio de todas las cosas, las cuales van naciendo de él mediante un proceso de separación de contrarios que está provocado por el movimiento, según una idea que nos conserva Simplicio ( Fis. 24, 13; 150, 20D). También Anaxágoras habla de una primera existencia de todas las cosas en el todo; luego la dispersión y reunificación de las diversas «homeo- merías» dio origen a la pluralidad que vuelve a ser el paso de algo indiferenciado a la especificación de las cosas particulares; el que introdujo el movimiento dentro de la unidad fue el Nous, un prin­ cipio ordenador. Podríamos aludir finalmente a la función del «de­ miurgo» en el Timeo de Platón. 3. Este proceso cosmogónico necesita de una explicación: ¿por qué se pasa del caos al cosmos, qué fuerza o fuerzas determinan ese tránsito? Dentro de las cosmogonías hay tres explicaciones principales. Puede ser la potencia intrínseca del mismo elemento caótico originario; puede ser la intervención del espíritu sobre la materia, la cual lleva en sí misma las semillas de todas las cosas; puede ser también por una lucha de fuerzas originarias opuestas; todas estas explicaciones tienen resonancia en el pensamiento grie­ go. En Anaxímenes de Mileto es el mismo «aire» el que da origen a todas las cosas mediante un doble proceso de condensación y rarefacción; en Anaxágoras es el Nous, una fuerza espiritual, la que actúa sobre la materia en la que están contenidas las semillas («homeomeríai») de todas las cosas, doctrina que luego recordarán también los «lógoi spermatikoi» de los estoicos e incluso las «ra- tiones seminales» de San Agustín. Pero quizá la doctrina más di­ fundida sea la dialéctica de los contrarios porque es evidente que ofrece posibilidades de una explicación muy accesible: «guerra-paz» (Heráclito), las parejas de los pitagóricos y de Platón, «amor-discor- dia» (Empédocles), etc. 4. La visión de una conexión y simpatía de toda la naturaleza, relacionado sin duda con la idea que hemos expuesto en primer término; podríamos añadir que una visión animista de toda la rea­ lidad, muy importante en los pueblos primitivos, lo mismo que en 14. K e rn , O ., O r p h ic o r u m fr a g m e n ta , i'rag. 1.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz