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310 EL MITO, HERMENEUTICA Y FILOSOFIA Frente a las religiones mistéricas, el pensamiento griego es me­ nos crítico que frente a la religión olímpica y además se apropia muchos de sus elementos y conceptos que luego intenta raciona­ lizar, pero esa racionalización sólo es posible desde el punto de partida que representa el mito. Esto nos advierte que mito y racio­ nalidad no son mutuamente excluyentes y pueden coexistir porque quizá se inscriban en niveles distintos. La influencia del mito en el pensamiento griego es algo induda­ ble; estudiar esto con mediana detención exigiría una monografía o quizá un conjunto de monografías. Como confirmación de este punto de vista, esbozamos aquí rápidamente algunos conceptos claves que no dejan lugar a dudas. Seguimos a R. Mondolfo 10, nada sospechoso de falta de entusiasmo por lo griego. Nos ceñimos a seis puntos claves. 1. La idea de unidad universal. Es un concepto y una vivencia fundamental en casi todas las latitudes y todas las épocas del uni­ verso mítico. La existencia de contrarios en la realidad inmediata es algo que salta a la vista, pero los contrarios ponen en peligro la unidad del todo y son siempre elementos de dispersión. Ya hemos dicho que el mito quiere restablecer esa primera unidad del todo y sólo así se pueden entender las vivencias, muy distintas de nues­ tras nociones intelectuales, que tiene el primitivo del universo, del hombre, del espacio o del tiempo. Hoy existe la pluralidad, pero esa diversidad tiene su origen en una unidad primordial, unidad que el mito quiere restablecer por medio de la conducta, de los ritos. La diversidad y pluralidad es algo axiológicamente negativo, es producto de la decadencia del estado primordial que tiene siem­ pre el prestigio de un paradigma a imitar y no es sólo origen, sino también meta que guía todos los aspectos del mundo míticou. Incluso en religiones mucho más avanzadas, el politeísmo suele ir aunado con un conato de monoteísmo; los distintos dioses perso­ nifican a veces fuerzas distintas e incluso contradictorias (Afrodita = amor, Ares = guerra), que se intenta unificar de algún modo admi­ tiendo un dios supremo por encima de los dioses particulares, como el caso de Zeus en Grecia n. Pues bien; el pensamiento griego tiene 10. El pensamiento antiguo. 2.a ed., Buenos Aires 1945, vol. I, p. 12ss. 11. Cf. E lude, M., Aspects du mythe. Paris 1963, pp. 33-53; Malinowski, B., ob. cit., pp. 47-67. 12. Cf. Eliade, M., Mefistófeles y el andrógino. Madrid 1969, pp. 98-158; Traité d'histoire des religions. Nouv. éd., Paris 1968, pp. 53-55, 76-77, 351-354. El m ism o sentido tiene el m ito del hermafrodita, brillantemente estudiado por Delcourt, M., Hermaphrodite. Paris 1958. Insiste en esto m ism o Petazzoni, R., L'Essere supremo nelle religione primitive. Torino 1957.

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