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172 L A S « I N V E S T I G A C I O N E S L O G I C A S » D E H U S S E R L tienen esos objetos ideales? He aquí un problema que la feno­ menología no puede soslayar. El mero hecho de afirmar la exis­ tencia de objetos generales significa una ruptura con el psicologis­ mo que les atribuía realidad «psicológica». Hay que volver a la conciencia intencional; esta puede dirigirse bien a la cosa indi­ vidual, bien al momento o aspecto bajo el cual esta aparece, bien a la especie de la cual la cosa individual es sólo un ejemplo. La especie no es una cualidad separada de la cosa, sino que pertenece a un nivel previo que es posibilitante de esta; tampoco tiene ser en el sentido de que sea el ser de la cosa, pues no puede encontrarse en ella; en resumen, el ser de la especie no es un ser real, pero tampoco un puro concepto. Es producto de la abstracción ideadora que se diferencia de las demás formas de abstracción en que lleva a una unidad ideal como núcleo del significado en torno al cual se constituye la posibilidad de la especie. He aquí el punto central de la investigación: no confundir el ser real con el ideal porque la posibilidad del primero depende del segundo. Así se pasa revista a las distintas doctrinas empiristas que confunden el contenido de la conciencia con el objeto a que apunta el acto consciente (p. 189 ss.). Lo abstracto depende de lo concreto, si se entiende por tal los contenidos intencionales; «la diferencia entre lo concreto y lo abstracto no depende de un poder arbitrario de abstraer, reside en la diferencia esencial que existe en el objeto entre su unidad en cuanto base para una constitución de nuevos objetos ideales» (p. 200). De aquí podríamos llegar a una ontologia general a priori válida para todo objeto en general, en tanto que objeto, que es lo que Husserl esboza en las dos investigaciones siguientes. El cap. V , «Las leyes estructurales del campo de la conciencia y de los objetos en general» (pp. 201-219), está dedicado a la Til Investigación que forma con la siguiente, bien que desde otro punto de vista, el «núcleo ontològico» de esta obra. Esta investigación acomete la elucidación del concepto de «ob je to» a la que corres­ ponde en primer lugar el concepto de «todo» y el concepto de «parte». Las partes de un contenido se expresan por atributos, pero no todo atributo se refiere a una parte, sino que es necesario que esta sea real: «para que haya parte es necesario que se pueda di­ sociar algo en la unidad de un todo» (p. 203). El interés de esta investigación reside en haber delimitado con rigor el campo de aplicación de conceptos como los de Gestaltqualitaten de Ehren- fels, «contenidos fundados» de Meignon, etc. y establecer una de­ marcación entre totalidades sensibles y formas categóricas y, dentro de las totalidades sensibles, entre las distintas zonas de «funda

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