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1 6 8 L A S « I N V E S T I G A C I O N E S L O G I C A S » D E H U S S E R L nente al propio acto, mientras que la segunda tiene un contenido abstracto y transcendente al acto m ismo, es intencional, como se precisará más adelante (pp. 295 s.). Aquí se separa la fenomeno­ logía de Husserl de la Gegenstanclstheorie de Meignon que, al no reconocer el hecho de la intencionalidad, no puede esquivar el psi- cologismo (p. 89 ss.). Este punto señala el paso de la «psicología descriptiva» a la fenomenología, que se apoya «en la intuición in­ terna en cuanto que esta suministra la base para una ideación que conduce a la intuición de la esencia de las vivencias mismas y a relaciones aprióricas, pero no en cuanto se aplica a las vivencias singulares en su contingencia» (p. 97). No es que el mundo sea «m i representación», según la frase de Schopenhauer, sino que yo lo hago punto de mira en tanto que le doy sentido; el problema en torno al cual van a girar las Investigaciones es el del significado. La segunda parte de esta obra, la más extensa y analítica, sigue paso a paso los problemas centrales de las Investigaciones. Aquí recibirán su cumplimiento esa serie de problemas que hemos es­ bozado y que quedan aún en el aire. El cap. I de esta parte, «De la expresión al conocimiento» (pp. 103-126) es aún preliminar. Podemos ya comprobar el nivel de ra- dicalidad en que se instala la reflexión fenomenológica: es un continuo cuestionarse sobre lo presupuesto en nuestras objetiva­ ciones. «Vuelta a la vivencia» (p. 103) podría ser una definición del propósito husserliano menos equívoca que la conocida zu den Sachen selbst! En la vivencia hay una teleología inmanente que es el m ismo conocimiento, la evidencia del objeto. Mientras con­ sideremos sólo la vivencia como un hecho psicológico, no podre­ mos salvar el abismo entre el «ser-para-mí» y el «ser-en-sí», pero el establecer un reino de la lógica pura es ya cuestionar tal abismo; esta es la razón por la cual la lógica juega un papel tan importante en la fenomenología husserliana. Lo que nos ofrece la ciencia no es la experiencia como tal, sino la experiencia cristalizada en un lenguaje. Ahora bien; aquí hay dos peligros sumamente tentadores: tomar el lenguaje por la realidad que lleva a la supresión de esta o, por el contrario, negar la validez del lenguaje y volver al nomi­ nalismo. Lo que caracteriza la percepción interna es su propiedad de ser adecuada y no la clase de existentes reales con los que se relaciona; el privilegio de la percepción interna sólo se mantiene en tanto se entiende como percepción adecuada sin que exista nin­ guna mediación entre el contenido vivencial y la vivencia m isma; pero si tomamos la conciencia como acto y sus actos como objetos, ¿dónde queda la intencionalidad?, porque la conciencia sólo se

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