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156 LA «NUEVA» ENCICLOPEDIA FILOSOFICA al Diccionario de Filosofía de Ferrater Mora, ya que el elogio y los datos que de él se dan se quedan muy cortos a partir de la cuarta edición del mismo, 1956, pues desde entonces puede considerársele como una Enciclopedia; y, por otra parte, los ingleses disponen ya de su Encyclopedia of Philosophy, 1967, coetánea, pues, de esta segunda edición de la italiana). De las 12.000 voces-guía de la primera edición, unas 5.000 se referían a términos y locuciones, y 7.000 eran voces de carácter histórico, como autores, escuelas, etc. Columna vertebral de esta parte de la obra eran las voces clave; por eso han recibido el tratamiento de verdaderas monografías, elaboradas muy frecuentemente por especialistas. Un desarrollo proporcionalmente menor en extensión, no en afán de exactitud, recibían los demás vocablos. Al reelaborar la nueva edición decidieron el traslado a Turín de las tareas de revisión y actualización de la parte histórica, bajo la dirección, como dijimos, del Profesor Pareyson, mientras seguían en Padua las de la parte teorética bajo la batuta de Giacon. Con las 7.000 voces de carácter histórico se confeccionaron en Tur/n 64 listas a fin de someterlas al control de peritos, concediéndose especial atención a las nuevas entradas; otro tanto se llevó a cabo en Padua con las voces de la parte correspondiente. Más de 60 expertos de distintas nacionalidades, incluidas las del bloque de Europa oriental, fueron invitados a colaborar en esa revisión. También se ha tenido exquisito cuidado en la comprobación de las citas, ingrata labor a que se prestó el doctor E. Cerulli, de la Biblioteca Nacional de Roma, y de las fechas de cualquier índole. Esencial era poner al día las bibliografías, conforme al criterio fundacional de la Enciclopedia en este terreno (el de indicar casi exclusivamente las publicaciones recientes y recientísimas); para este cometido han contado incluso con instrumentos de trabajo in­ existentes al aparecer la primera edición. Con especial cuidado han atendido a las novedades de autores vivos o apenas desaparecidos. Tan a fondo se ha llevado a cabo esta importantísima renovación, que bien pueden jactarse de haber revolucionado, en un porcentaje mayoritario de ocasiones, el an­ tiguo aparato bibliográfico de los mismos. En cuanto al incremento experimentado por los varios campos de la filosofía, destacan las nuevas aportaciones a la lógica, la psi­ cología científica y la sociología. Respecto de la lógica se da plena

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