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154 LA «NUEVA» ENCICLOPEDIA FILOSOFICA reproducciones alegóricas, donde se dan la mano el Arte y la Filo­ sofía en un alarde de mesura y acierto capaz de arrancar su nihil obstat al mismísimo Platón. Dos novedades sorprenden por igual ante esta segunda edición: en lo cuantitativo, el aumento, ingente sin hipérbole, de volúmenes, ya que ofrece seis en lugar de los cuatro de la primera sin mengua sensible en el formato de los mismos; en lo cualitativo, el hecho de presentarse tan «enteramente reelaborada», que semeja hasta cierto punto una obra nueva. Pasando en general por alto las diferencias «métricas» y mate­ riales entre ambas ediciones, por juzgarlas meramente exteriores y de menor interés filosófico, centraremos nuestra visual sobre la aportación, renovación y mejoras de orden cualitativo, pues son las que más honran esta segunda salida de la insigne obra de sus prensas itálicas, acreedoras por ella de respeto, loa y noble emu­ lación internacional, no menos que el medio millar de artífices, italianos en mayoría, que la han potenciado. Insistiremos de modo especial en los cambios, el proceso y los resultados. * * * Ha variado, casi por completo, el Comité directivo de la Enci­ clopedia, formado en la primera edición por los Profesores F. Bat­ taglia, C. Giacon, A. Guzzo, U. Padovani, M. F. Sciacca y L. Stefanini (éste último ya había muerto al salir de la estampa aquélla; falleció en Padua, sede central de la redacción, el 16 de enero de 1956; y Padovani le ha seguido el 5 de abril de 1968). De ellos sólo quedan en la segunda Battaglia y Giacon, a los que se han sumado G. Bon­ tadini, G. Caló, G. Flores D’Arcais, V. Mathieu, L. Pareyson y P. Prini, todos profesores en universidades italianas. Se ha diferenciado la «Redacción» en dos secciones, la teorética general, a cuyo frente continúa Cario Giacon, antes jefe único, y la histórica, a cargo de Luigi Pareyson. Se mantiene la «Presentazione» de la primera edición, que ponía de relieve la casi indefinibilidad de la filosofía, si se atiende al punto de vista de cada pensador, porque cada uno la definiría según su talante y orientación. La unidad y especificidad de la filosofía ha de buscarse por otro camino, el del encuentro con sus problemas, métodos y disciplinas o, lo que es lo mismo, a través de un trabajo lento de reflexión sobre todos los materiales que la integran. Esta

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