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138 VISION DE LA FRATERNIDAD L a vida es un proceso d inám ico que no se puede frena r a rtifi­ cialmente. No se pueden poner compuertas al m ar. En ton ce s suce­ de que cada época encumbra determ inado número de ideas-fuerza que, saliéndose del cuadro genérico, se sitúan en un p rim e r plano de interés personal y colectivo. E n un movim iento constante de flu jo y re flu jo se sedimentan formando una mentalidad. E l estan­ cam iento es peligroso porque in sta la al hombre en sus ideas y le in cap acita para seguir de ce rca el curso de la h isto ria . E l retraso v ita l es mucho más nocivo que el subdesarro llo m ental. H ay hom ­ bres con estatura de hombres y un campo v ita l — ideas, reacciones, comportam iento— de n iños. Y , lo que es peor, hay hombres en nuestra sociedad que pertenecen mentalmente a épocas pasadas. S í, existe el peligro de desfasam iento. E s el caso de los rom án­ ticos que p iensan que «todo tiempo pasado fue m ejo r»: que la juven tud era más Sana porque era más h ipócritam en te sum isa. Son los soñadores nostálgicos del ayer, incapaces del esfuerzo y de la generosidad obligados pa ra v iv ir en el hoy. Son como fantasm as que vagan con la m irada in cie rta en un mundo que rechazan — y los rechaza— porque no es el suyo. L a s im p licaciones de estos casos pa ra la convivencia son d ifícilm en te ponderables. Juventud y vejez no son, en el fondo, caracteres biológicos. E s , ante todo, prob lema de form ación y de m entalidad . Juan X X I I I nos ha sorprend ido gratamente con su juven tud : pensaba y obraba con la v italidad , el entusiasmo y la esperanza de los jóvenes. E l Presidente E in senhow e r se sentía como uno más entre los jóve ­ nes. E l C an c ille r Adenauer tenía ideas modernas, lo que exp lica sus éxitos de ca ra a la opin ión in te rnacional. Y , en el reverso de la medalla, nos encontramos con jóvenes que se enqu istan en una m entalidad anacrón ica po r tim idez, po r m iedo y por p re ju icio s. No hay fenómeno sociológico más deprimente que la vejez prem atura. E n lo físico y en lo e sp iritua l es halagador que le digan a uno: «A sus años y parece un muchacho», o «qué bien se conserva usted: no pasan los años». L a vida es una tran sfo rm ación constante. Lo ha sido siempre po r leyes de d inam ismo interno . E so exp lica que cada generación a rro je al desván de los trastos v ie jo s las ideas gastadas e in se rv i­ bles. Pero es que el mundo moderno ha presenciado un cambio global que afecta no sólo a detalles de superficie, sino «a la m ism a m entalidad y a las estructuras» . E s t a afirm ación es muy grave, pero ah í está como testigo autorizado el Con cilio . E s te cambio provoca con frecuencia «un planteam iento nuevo de las ideas recibidas». JOVENES Y VIEJOS

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