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F. J . CALASANZ 1 3 7 ba jo el m ismo techo. Con la organ ización viene la d istribución de tareas y la d ispersión del personal. Lo s hermanos se ven menos, se encuentran sólo a ho ras determ inadas y luego parten de p risa , cada uno a su puesto. Con el crecim iento numérico se impone en algún sentido la bu ro cracia y se hacen más necesarias la autoridad y la d iscip lina . Y aparecen los roces inevitab les en la convivencia de hombres de cond ición y dedicación tan va ria s. Lo s tiempos exigen una adap­ tación y nace el conflicto entre dos mentalidades. E l ámbito de estos con flictos es muy amp lio pero cu a ja en dos centros: los esp i­ ritua le s y la Comunidad . E stam o s ante una c ris is de crecim iento , de traspaso de auto­ ridad , de renovación y adaptación provocada en el fondo po r exi­ gencias in ternas de la Fra te rn id ad . Providencialm ente, vino un hom ­ bre de v isión muy am p lia, de horizontes un iversales, de mentalidad fran ciscana a toda prueba que supo p u lir a rista s y o rien tar a sus fra ile s en conform idad con los signos de los tiempos. E n San Bue­ naven tu ra se llega a una sín tesis integ radora: la Comunidad que va a saca r todo el partido posib le de las personas y de los aconteci­ m ientos. Nadie queda excluido, todos deben co labo ra r pero cada uno en su puesto. L a m ism a variedad de talentos enriquece la Comunidad portentosamente. E l planteam iento del problema es co rrecto : ap rovechar todos los va lo res de la pu jante vida com un ita ria. Lo s nuevos tiempos exigen una revisión de la pobreza, compatib le con las necesidades de los estudiosos y un ive rsita rio s. F ran c isco de A sís no quiere — en determ inada ocasión— que los lib ro s maten el esp íritu de la santa oración y devoción. San Buenaven tu ra conve rtirá los lib ro s en m a­ teria de caridad . Lo s esp iritua les tienen un puesto honroso, pero dentro de la comun idad , no al margen, no contra la Comunidad . L a so lución de los inevitab les conflictos hum anos y religiosos está dada para siempre: la fratern idad . L a convivencia relig iosa queda afectada también por los camb ios de los tiempos. Con razón pun tualiza el Con cilio que estos camb ios profundos y la tran sfo r­ m ación de las cond iciones de vida están vincu lados a una tran s­ form ación global más amp lia. L a frate rn idad nos pide el reconoci­ m iento de los signos de los tiempos pa ra ponerse de acuerdo en lo fundamental. L a frate rn idad nos ofrece una in terpretación fran ­ ciscana de los signos de nuestro tiempo.

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