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7 4 CARACTEROLOGIA GENERAL DE LA. Julián Juderías, p. ej., no duda en afirmar que la influencia de los godos fue más eficaz, y desde luego más decisiva, que la de los mismos romanos en la plasmación de nuestra alma nacional. Mien­ tras que Américo Castro hace una defensa a ultranza de que el árabe es el elemento étnico hoy predominante en nuestra idiosincrasia y en nuestra operancia vivencial. Dando de lado a polémicas y preferencias, lo indudable es que de ambos, si no en mucha densidad, pues la crítica histórica más equilibrada no parece autorizar a atribuírsela, sí en intensidad y valía pueden aún rastrearse en el sujeto actual hispánico no pocos préstamos a fondo perdido. Así, hay algo tan característicamente nuestro hoy como el orgullo de casta, el sentimiento del honor y de nobleza, el de individualismo y el de libertad, el de activismo con tendencia ascética; la cortesía amable y espléndida, «no hay nación que dé más convites y hospedajes», dice Tácito de los Ger­ manos y dice también que «su cortesía con el huésped es afable»; gran parte del espíritu supersticioso de nuestro pueblo bajo y medio y en fin en una buena proporción el culto a la mujer, tan tradicional entre nosotros, son cosas todas ellas a las que no parece pueda negarse una clara ascendencia goda. Y al mismo tiempo hay otro algo, no menos característico aun en el día, como el apasionamiento meridional, el sensualismo orien- taloide, la viveza imaginativa y soñadora, cierta tendencia a lo ingenioso y artificial, el alambicamiento intelectual correspondido por el arabesco en el léxico; la elegancia, en fin, y el señorío, con una cierta propensión a la vagancia y al misticismo, en lo que no puede menos de reconocerse la herencia árabe. Pero, quizás — al igual que en el caso apuntado más arriba del íbero-celtismo— el mayor crédito reditual de estos dos prestamistas morales nuestros haya que asignárselo a la simbiosis de sus ele­ mentos. A ese híbrido robusto de abeto y palmera, de luz meridional y de bruma nórdica, de desierto cegador y de selva oscura, que fue el español medieval y cuyos rasgos esenciales perviven todavía en el de hoy. b ) F a c t o r e s a m b i e n t o - d i m e n s i o n a l e s . Denomino así a los elementos tiempo y espacio que, junto a los étnicos, piden también un puesto de importancia destacada en nuestro análisis caracterológico-literario. El factor temporal es de tanta evidencia, que cualquiera crítica histórico-literaria, siquiera sea medianamente sensata y responsa­ ble, no podrá nunca ignorar ni tampoco menos-valorar. En efecto,

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