PS_NyG_1970v017n001p0033_0066
A. DE VILLALMONTÈ 65 yarnos, en uno u otro sentido, en textos de los teólogos clásicos. Más bien nos fijamos en el modo cómo los p r in c ip io s d o c trin a le s por ellos sustentados favorecen o no estas aplicaciones o deduc ciones que n o s o tro s h a c em o s frente a la nueva problemática. Respecto a Duns Escoto pensamos que la explicación metafísica que él ofrece acerca de la unión hipostática, está excepcionalmente abierta, tal vez más qué ninguna otra, a la nueva problemática que pueda surgir en torno a la p s ic o lo g ía h u m a n a de C ris to . Su teoría sobre la unión favorece extraordinariamente la integridad, autono mía, dominio e independencia psicológica de la Humanidad de Cris to dentro de la a s u m p c ió n . Por eso nos parece normal que teólogos como Gaudel, Galtier y luego Basly-Seiller busquen en Duns Escoto los principios directivos de sus investigaciones sobre la psicología humana de Cristo. Basándose en una cristologia metafísica de orientación clara mente «escotista», Galtier se decide por admitir en Cristo un Yo psicológico, humano; además del Yo personal, ontològico, divino. Insistiendo todavía más en la raíz escotista de su cristologia, Basly- Seiller admiten como ú n ic o Y o autónomo y propiamente dicho, el Yo humano de Jesús, del Assumptus Homo; ya que el Verbo en sus relaciones y actividades ad extra, no actúa como un Y o propio personal, sino dentro del Y o que es común a las tres divinas personas. J. Iammarrone y Crisòstomo de Pamplona no ven funda mento en los principios cristológicos de Escoto para hablar de un Yo humano, como quisiera Galtier. Menos aún de un Yo que fuese exclusivamente el humano-psicológico, como pretenden Basly- Seiller. No habría ni rastro para otro Yo que no fuese el Yo de la persona del Verbo, según concluye el P. Crisòstomo. El problema resulta extraordinariamente complicado; tanto desde la vertiente y altura teológico-metafísica en que se mueve Duns Escoto, como desde la problemática psicológica en que se mueven los teólogos modernos. En ambos planos los conceptos y la terminología que hay que manejar son muy difíciles de precisar. Y luego la dificultad final: la de ensamblar ambas formas de ex presión del misterio en un todo armónico y complementario. Si exceptuamos los excesos que cometen en su terminología, el intento que Basly-Seiller hacen para adaptar los principios de la cristologia escotista a la problemática actual, nos parece pro metedor y hasta acertado, en lo sustancial. Este intento escotista por subrayar la realidad humana del Señor está en la misma línea doctrinal en que se pone tan de relieve la espontaneidad y 5
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz