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A. DE VILLALMONTE 5 9 tesis del primado absoluto de Cristo está en relación con la ense ñanza del mismo Escoto sobre la unión hipostática: La doctrina escotista sobre el primado universal de Cristo y e l m o d o que él tiene de explicar el misterio de la unión hipostática, con su tendencia a subrayar la perfección de la humanidad asumida y su plena auto nomía operativa. ¿Son doctrinas que se condicionan mutuamente? La prioridad de Cristo en los decretos de presdestinación está subordinada en Duns Escoto, principalmente, a otras tesis suyas teológicas, es decir, a su doctrina sobre Dios que es formalmente Caridad, a la prevalencia de la libertad divina, la gratuidad de su amor que, al querer la gloria para algunos, no puede presuponer los méritos, sino que lo hace antes de toda previsión de los méritos. Queda tan sólo por ver si, el que defienda el primado universal de Cristo a estilo de Escoto, ha de aceptar también la doctrina del doctor Sutil sobre la unión hipostática. Según Escoto, Cristo, su alma, su naturaleza humana fue pre destinada, ante todo y primordialmente, para rendir a la Trinidad la suprema glorificación, mediante el más perfecto acto de amor posible en un ser que no sea Dios. La unión hipostática es querida en orden a la gloria. Que no se le hubiese conferido al alma de Cristo tan alto grado de gloria y gracia si no hubiese sido hipostasiada por el Verbo ‘!0. Por tanto, como indicábamos antes, el don de la unión hipostática con el Verbo se le concede a la humanidad de Cristo en atención a la función, a la misión de glorificador supremo de la Trinidad. Ahora bien, el ser Cristo así predestinado, ¿exige e s ta determinada teoría escotista sobre la unión hipostática o se podría explicar el primado universal en otra teoría sobre la unión, v. gi. en la sustentada por tomistas como Capreolo y Billot? Las dos coordenadas en que se mueve la afirmación de Escoto sobre la primacía de Cristo en la predestinación son estas: a) Una teológica, es decir, que responde a su doctrina general sobre Dios: «Deus est ordinatissime volens». b) Otra cristológica: Cristo es el «Summum Opus Dei», el «summum bonum in entibus» («creatis»). Por tanto el «ordinatissime volens» (Dios) hubo de querer primero a Cristo O b r a cumbre de la creación, que habría de glorificarle con el amor de caridad más perfecto posible en O tr o que no sea Dios. Pero, ¿podría llegar a ser una realidad este supremo Glorificador 40. « P r im o p ra e o rd in a tu r fin is a s a p ie n te, et s e cu n d o alia q u a e su n t a d fin em ; e t s ic p r im o p ra e o rd in a tu r g lo r ia s u m m a C h ris to , d e in d e u n io n a tu ra e a d V e rb u m , p e r q u a m p o te s t a ttin g ere a d ta n tam g lo r ia m », Rep . Pa ris . 3, d . 7, q . 4, n. 32 (E d . V iv è s 23, 302a). C fr. O rd in ., ib id ., q . 3, n. 2 (14, 349a).
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