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A. DEVILLALMONTE 5 7 tan perfecto corno lo tiene cualquier otro hombre normal que no haya sido asumido, o El mismo si no lo hubiese sido. 4) En íntima relación con estos principios hay que ver la tesis de la predesti­ nación de Cristo como supremo glorificador y amante de la Trinidad, el primero en los decretos divinos que disponen la actual economía de salvación, por la que Dios busca «alios condiligentes Se», otros participantes del Bien Infinito de su esencia. 5) Desde aquí es fácil el tránsito a la imagen de Cristo que está al fondo de toda la cristologia de Basly-Seiller: Cristo, es el «Assumptus Homo» que, según los Evangelios, aparece en continuo intercambio de amor y alabanza frente al Dios Trino. 6 ) Las afirmaciones de Basly-Seiller sobre la conciencia, el «Yo», la psicología y actividad humana toda entera de Cristo serían c o n s e c u e n c ia s de los anteriores principios y pertenecían, por tanto, al contenido doctrinal de la fórmula «As­ sumptus Homo». Fórmula que Escoto evitó, pero no su contenido, Reconstruyendo el pensamiento cristológico de Basly-Seiller en forma sintética nos daría el siguiente resultado: La Trinidad predestina a Cristo, le quiere para que sea el supre­ mo glorificador suyo ad extra: ¡ D e u s v u lt d ilig i a b a lio s u m m e \, diríamos en frase sintética. Para que llegue a tener existencia real este O t r o que ha de ofrendar a Dios Trino el sumo amor, Dios quie­ re dotar a este O tr o de caridad creada (y creable) junto con la gra­ cia de la unión hipostática. En esta concepción el ser de Cristo está subordinado a su función de glorificador: Para que le ofrezca el supremo amor de caridad, para eso le da esta dotación ontolò­ gica, si vale hablar así: la suprema perfección natural y sobrenatu­ ral, que incluye la suprema caridad y la unión hipostática a la vez. Naturalmente, la función de glorificador supremo determina para Cristo el ser o estructuración ontològica que ha de recibir. Por eso el Hombre Jesús, su alma humana aunque llena de la máxima caridad y unida al Verbo, goza de perfecta libertad y dominio activo sobre sus actos de alabanza, amor, adoración, etc., que brotan de su ser humano en libre y meritorio obsequio al Dios Trino. Por eso, la doctina escotista sobre la perfecta autonomía dinámica del Hombre Jesús en su libertad humana, es la condición indispensable para el O tr o que, desde fuera de Dios, glorifica a Dios y le ama en la forma perfecta. Comprendemos la afirmación de Basly: Cuando tuvo la intui­ ción de Cristo como supremo amante de la Trinidad a través del texto «escotista» D e u s v u lt d ilig i a b a lio s u m m e , tuvo al mismo tiempo la intuición de todo el contenido doctrinal de la cristologia del «Assumptus Homo», que se le revelaba llena de sentido.

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