PS_NyG_1970v017n001p0033_0066

A. DE VILLALMONTE 53 y humanas, pues posee como suyas, en posesión sustantiva, ambas naturalezas. Podría preguntarse si Duns Escoto, además del «Yo» personal (ontològico, divino) de Cristo, admite otro «Yo», un «Yo» psicoló­ gico humano, como admiten Galtier y otros teólogos. El P. Crisòs­ tomo no encuentra fundamento en los textos de Escoto para admitir este «Yo» psicológico, humano en Cristo35. 6 . ¿ C ó m o c o n o c e la in te lig e n c ia h u m a n a d e C r is to q u e su n a tu ­ r a le z a h u m a n a e s tá h ip o s tá tic a m e n te u n id a a l V e r b o ? Es esta una pregunta tan importante como difícil de responder, según han puesto de manifiesto los modernos estudios teológicos sobre la conciencia que Jesús tuvo de su divinidad y el modo de lograrla. Por lo que respecta a la opinión de Escoto, se pensaba que el Doctor Sutil no podría dar base para una solución, ya que no habría tratado el problema. El P. Crisòstomo, tras paciente lectura de las obras de Escoto, ha encontrado un texto muy esclarecedor en este sentido. Según Escoto, «por el hecho sólo de estar hipostasiada (la naturaleza hu­ mana) por el Verbo, no se sigue que (su inteligencia) conozca que está unida al Verbo más que otro supuesto que no lo está». Es falso que, por sólo la unión, únicamente el Verbo mueva la inteligencia creada y no toda la Trinidad» 36. Aunque de hecho la naturaleza hu­ mana de Cristo, depende ontològicamente del Verbo y esta depen­ dencia es, como si dijésemos, un hecho objetivo y ontològico, su inteligencia no puede conocerlo sino por el h a b itu s del «lumen gloriae». Sólo por esta luz sabía Jesús que su ser humano estaba hipostasiado por el Verbo; y que este hecho le permitía decirse Hijo de Dios, igual al Padre. C o m o c o n c lu s ió n g e n e ra l del estudio realizado por el P. Crisòs­ tomo de Pamplona podemos aceptar las palabras del prologuista de la obra, H. Borak: Después de un largo y minucioso análisis de textos escotistas de cuya autenticidad histórica y crítica no puede 35. «E t sa n e, in eiu s o p e r ib u s (S c o t i) ne v e s tig iu m q u id e m re p e rire p o tu im u s c u iu sd a m E g o q u o d n o n p ie n e c o in c id a t cu m E g o V e rb i in ca rn a ti», C risostom o, ib id ., p. 188. 36. «E x h o c s o lo q u o d s u p p o s ita tu r in V e r b o , n o n o p o r t e t q u o d p lu s a g n o s ca t se u n iri q u a m a liu d s u p p o situ m q u o d n o n u n itu r». E scoro, R e p o r P a r is . 3, d. 2, q . 2 (E d . V iv è s, 23, 258a). «E x v i u n io n is s o lu m V e rb u m e st p ra e se n s a n im a e a ssu m p - ta e» segú n el s e r p e rs o n a l, p e r o n o «in ra tio n e o b ie c ti im m u ta n tis». I d ., O rd iti. 3, d . 2, q . 1 (14, 108-110).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz