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A. DE VILLALMONTE 5 ) q u o de la acción. Esta es del supuesto como de principio q u e la produce (principium quod) y de la naturaleza como de principio q u o , p r in c ip io m e d ia n te e l c u a l la produce el supuesto. Más aún, como ya dijimos antes, según Escoto el principio q u o d es el que p r o p ia ­ m e n te o b r a , y no el principio q u o , que es la razón formal de la acción. Además, aunque Escoto y otros teólogos clásicos digan que algo es tal por denominación («denominative»), no quiere decir que no lo sea realmente: Ser algo por denominación y serlo real­ mente, no se oponen ni excluyen entre s í»30. Por eso, aunque las acciones y predicados de la humanidad se digan de la persona del Verbo por d e n o m in a c ió n , no hay que pensar que no sean re a l y p r o p ia m e n te de El. Para amortiguar la sensación de extrañeza que, de momento, puede producir la terminología de Basly-Seiller, conviene tener en cuenta el doble significado tan distinto que tiene el verbo «es» en proposiciones como «el Verbo es hombre» y «el Verbo es infinito», la doble predicación in re c to et in o b liq u o , y la diversa manera de entender la comunicación de idiomas, que Basly-Seiller prefieren llamar «reciprocación de propiedades». Todo ello fundado en el hecho de que la persona del Verbo posee la naturaleza divina y sus propiedades por identidad; mientras que la naturaleza humana y sus propiedades las posee sustantivamente, pero sólo por a s um p - c ió n , por relación de dependencia hipostática. 5. E l «Yo» d e C r is to en B a s ly y e n D u n s E s c o to . Unos años antes del Concilio Vaticano II se discutió sobre el tema de la conciencia, el «Yo» y la psicología humana de Cristo. Varios teólogos mantienen expresamente la teoría de un único «Yo» en Cristo, el «Yo» de la persona divina del Verbo; negán­ dose a admitir cualquier otro tipo de «Yo», concretamente el «Yo» humano, psicológico31. En cambio, Galtier admite un doble «Yo» en Cristo: un «Yo» psicológico, humano, expresión de la auto­ 30. C risostom o, ChDS ., p 143; to d a la cu e stió n y lo s te x to s d e E s c o to , ib :d ., p p . 112-158. 31. P. P a ren te, L ’I o d i C r is to , B re sc ia , M o rce lia n a 1951 (c o n b ib lio g r a fía ). L. Iamm arrone, L ’U n ità p s ico lo g ica in C r is to , R o m a e 1962. Id., L ’I o p s ico lo g ico d i C r is to se condo la d o t t r in a d i G. D un s Scoto , en «S tu d ia S ch o la s tic o -S c o tis tic a » 3. A cta C o n g r css u s S c o tis tic i In te rn a tio n a lis O x on ii et E d im b u rg i 11-17 sep t. 1966, v o i. I l i , p p . 291-216. E1 a u to r n o e n cu e n tra en la d o c tr in a d e E s c o t o b a s e p a ra h a b la r d e u n Y o p s ic o lò g ic o .

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