PS_NyG_1970v017n001p0033_0066

4 4 REFLEXIONES EN TORNO A LA CRISTOLOGIA. misterio de la unión hipostátiea. Sintetizando el pensamiento de Basly, podríamos describir el misterio como la « a s u m p c ió n » (ac­ ción y efecto de asumir, tomar para sí y elevar) d e e s te H o m b r e Jesús, e l C ris to , p o r o b r a d e D io s T r in o a la u n id a d d e p e rs o n a co n e l V e r b o 21. Este Hombre concreto, con existencia humana pro­ pia, compuesto de alma-cuerpo sustancialmente unidos, individuo de nuestra raza, más allá de sus exigencias naturales, es elevado y puesto en relación de dependencia sustancial-hipostática respecto de la persona del Verbo. Por una acción que, en la línea de la cau­ salidad eficiente, es igualmente de toda la Trinidad, aunque se termine exclusivamente en la persona del Hijo, de quien únicamente puede decirse que se encarnó, se hizo hombre. En esta descripción del misterio dos ideas quedan bien claras: a) Que el ser asumido es un hombre perfecto, íntegro, a quien nada falta de cualquier clase de perfección positiva que pertenezca a la naturaleza humana íntegra existente, individualizada. Por consi­ guiente, puede y debe decirse que el asumido es este Hombre Jesús, quien, por este hecho, ha de ser llamado «Homo Assumptus», (p e r - fe c tu s h o m o s u s c e p tu s a V e r b o ), según la fórmula tradicional. Más aún, la fórmula corriente «el Verbo se hizo hombre», resultaría menos exacta frente a esta otra: E l V e r b o a s u m ió a l H o m b r e (Ver- bum assumpsit Hominem). La primera goza de una engañosa cla­ ridad gramatical; pero, al fondo, puede dar lugar a malentendidos: como si el Verbo diese el ser y la existencia a la naturaleza humana que posee; o como si la naturaleza divina y la humana al unirse se trasformasen en una realidad nueva y distinta. b) Por otra parte, hay que reconocer la imperfección de nuestro lenguaje cuando decimos que el Verbo «se encarnó», o incluso si decimos que «asumió». Se corre el peligro de concebir a la persona del Verbo como agente activo de la unión, como causa eficiente de la «asumpción» hipostátiea. Sin embargo, la persona del Verbo no produce ninguna acción sobre el «Assumptus Homo» que no sea común a toda la Trinidad. La «asumpción» activa (la «trai­ ción», si valiese la palabra) la realizan el Padre, Hijo y Espíritu Santo. Lo exclusivo de la persona del Verbo es «terminar» o t o ­ lógicamente a la naturaleza humana dándole la última incomunica­ bilidad, pero sin influjo causal. Esto por lo que se refiere al p ro c e s o mediante el cual, a nuestro 21. U sa m o s la p a la b ra «a s u m p c ió n » e n v e z d e la m á s ca ste lla n a «a s u n c ió n » p o r ­ q u e a q u élla n o s re cu e rd a m e jo r e l te c n ic is m o la tin o d e la « a s s u m p tio » y d el «A ss u m p tu s H o m o » d e q u e h a b la m o s co n tin u a m e n te .

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz