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A. DE VILLALMONTE 4 3 vidad inteligente y volitiva, dos interlocutores: la Trinidad, que predestinó a Cristo como supremo glorificador suyo, y el Homo Assumptus, Jesús, que, en pleno dominio activo sobre sus propios actos humanos, a impulso de la máxima caridad creada, ama y glorifica al Dios Trino en nombre de todos los demás seres, como si fuera el Corazón universal de toda la humanidad, y aun de la creación entera. Por eso, el Y o que todo a lo largo de los evangelios habla con Dios Padre, es el Yo humano de Cristo. Cuando Jesús dice Y o , se sobrentiende siempre y exclusivamente: Yo = este Hom­ bre que habla con vosotros. Este Y o humano se dirige a Dios para glorificarle; ama, ora y sirve a la Trinidad y se entrega a la muerte por servicio de amor a sus hermanos los hombres, para gloria de Dios Trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo, que es el Tú divino a quien glorifica, ora, sirve y ama Jesús con toda la energía natural- sobrenatural de su alma humana dotada de las mejores prerroga­ tivas naturales y de la suprema caridad posible20. En esta forma de concebir el misterio de la unión hipostática se subraya muy nítidamente la integridad de ambas naturalezas y su distinción dentro de la unión sustancial. En el aspecto dinámico se comprende que pueda hablarse entonces de dos «autonomías», dos seres en diálogo: El D io s -T r in id a d , frente al «Assumptus Ho­ mo», Jesús de Nazaret; el Yo divino (Padre, Hijo, Espíritu Santo) en intercambio vital de amor y complacencia frente a la adoración, servicio y obediencia que recibe de un Y o humano, el Yo del «As­ sumptus Homo», Jesús. Este hecho es el que Basly quiere expresar en un lenguaje teológico, a su juicio riguroso y exacto. Lenguaje que a otros teólogos sonará extraño; pero Basly no duda en pre­ sentarlo como perfectamente encuadrado dentro de la tradición teológica, especialmente, dentro de la línea doctrinal de Duns Escoto. 3. C ó m o h a b la r c o r r e c ta m e n te s o b re e l m is te r io d e l «A s s um p tu s H o m o » . Para poder mantener aquella autonomía de Cristo frente al Dios- Trino es necesario determinar bien en qué consiste propiamente el 20. H a y p u e s d o s s u je to s q u e d ia lo g a n , d o s in d iv id u a lid a d e s q u e se d an testi­ m o n io d e a m o r y g lo r ifica ció n : J esú s, el «A ss u m p tu s H o m o » , y el D ios-T rin id a d . « Q u ’o n ô te ce tte d u a lité a m o u re u s e , il n 'y a p lu s d ’E va n g ile. L ’E v a n g ile c ’e st l ’h is­ to ir e d ’a m o u r en g a g é, m e n é ju s q u ’à co n s o m m a tio n d a n s l ’h é r o ïq u e m o rt d e l ’u n d es co n te n d a n ts , J ésu s-C rist»... «L a c le f d e 1’ exé g èse é v a n g é liq u e c ’e st le sen s v ra i q u ’il fa u t q u e n o u s re c o n n a is s o n s au J E , a u M O I d e ch a c u m d e c e s d eu x -là q u i tie n n e n t, le lo n g d e l ’E v a n g ile , un si p ro d ig ie u x d ia lo g u e », B a sly, L e M O I de Jé su s -C h ris t , p . 131. C f. C risostom o, ChDS ., p 174s.

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