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F IL O S O F IA Y T E O L O G IA 4 3 9 necesarias y por lo tanto podremos caminar en teología aceptando y excluyendo hipótesis explicativas, como hacíamos en filosofía. Intentemos, con todo, aplicar el método. ¿La conexión entre Encar­ nación y muerte de cruz, que aparece b a jo el signo del «oportet» bíblico, nos parece afirmable a priori, de forma que tengamos ne­ cesariamente que excluir cualquier otro camino salvífico, para el H ijo de Dios hecho hombre? Sin duda la respuesta es negativa. E igualmente lo será si a partir de la muerte y resurrección de Cristo, queremos por ejemplo deducir la necesidad de la existencia de una Iglesia sacramental, que perpetúe misteriosamente tal acción a través de los tiempos. El «oportuit» evangélico, nos lleva, pues, a continuar interrogan­ do la Escritura: «quare oportuit»? Y aquí de nuevo nuestros recuer­ dos cristianos nos sugerirán una respuesta de denso significado teológico: «quia placuit». (Con otros sinónimos que indican elec­ ción, voluntad divina, como «respexit», «vocavit», «v o lu it» ...) u. Recordemos simplemente el himno inicial de la epístola a los Efesios donde los términos euSoxíct ÍHAsna, xepOeoti;, ^ 00 X 17 , aparecen como sinónimos: «Bendito sea Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que desde lo alto del cielo nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bendiciones espirituales, habiéndonos escogido en El antes de la creación del mundo para que fuésemos santos e inmaculados en su presencia; predestinándonos, llevado de su amor, a la adopción de h ijos suyos por Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo gratos en su Amado, en el que tenemos la redención por su sangre, la remisión de los peca­ dos, según la riqueza de su gracia, que derramó abundante­ mente sobre nosotros en perfecta sabiduría y prudencia, dán­ donos a conocer el misterio de su voluntad, según los desig­ nios de benevolencia que se propuso realizar en Cristo, llegada la plenitud de los tiempos: recapitular todas las cosas, las de los cielos y las de la tierra en Cristo Jesús» (E f. 1, 3-10 ) a. Creo que este sintético texto paulino es capaz de dar mucha luz a nuestra pregunta: «quare oportuit?». Antes de la constitución 11. La p a la b ra n o a b u n d a en el la tín d e la V g . (L e . 10, 21; 1 C o r. 1, 21) p e r o e l c o n c e p to es n e ta m e n te b íb lic o (C f. G . S chrenk , a rt. ei Soxía , en T W N T I I I , 1118- 1.142). 12. S o b r e este te x to v é a se G . S chrenk , a. c., c o is . 1.131-1.132.

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