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F E R N A N D O G U IL L E N P R E C K L E R 4 3 7 Y en general, podemos afirmar que si la filosofía pretende ser una interpretación inteligible de la realidad, tiene su último criterio en la confrontación con esa realidad, con todos los problemas que ello plantea. Una observación marginal de una cierta importancia: notemos que en el caso del itinerario filosófico, lo estrictamente histórico, en general, no viene considerado. De otra forma, se prescinde del nombre propio, de lo singular, de lo irrepetible. Así, por ejemplo, el análisis de la experiencia del valor moral, no se realiza en base a la experiencia moral de tal señor, y con deseo de explicar esa realidad tal como históricamente se haya dado en ese caso singular, sino que se pretende llegar a una proposición necesaria y universal, que explique el fenómeno en sí. La conclusión de esta breve presentación de la metodología fi­ losófica es muy sencilla. La filosofía podría ser descrita como un itinerario intelectual, que buscando la interpretación inteligible de las cosas, procede por una lógica de conexiones y exclusiones nece­ sarias. 2. El camino de la razón en teología Por eso nuestra primera pregunta al entrar en contacto con la teología, será el interrogarnos si hay en ella «necesidad». ¿Dónde iremos a buscar una respuesta? Todo depende de nuestro concepto de cristianismo, pero, de una forma general, si aceptamos como teología el estudio científico y sistemático de la Revelación cristiana, convendremos en que el «fenómeno» original que tiene ahora ca­ rácter de criterio, para la futura construcción intelectual, o inter­ pretación, es precisamente el Evangelio, la Revelación, la Palabra de Dios. Así también parecen indicarlo los documentos oficiales, cuando hacen de la Biblia el «alma de toda la teología» 7. Por eso nuestra primera respuesta a la pregunta formulada más arriba se insinúa afirmativa. Nuestra misma memoria cristiana, de hecho, nos sugiere más de una frase bíblica encabezada por un De nuevo, sin la menor pretensión de ser exhaustivos en un tema que aparece tan prometedor, vamos a presentar algunos de esos «oportet» b íb lico s8. Prescindiendo de textos marginales al c a s o 9, 7. V atican o I I , Optatam to tius , 16; D e i V e rbum , 24. 8. V é a se G rand e le ss ico de l N uovo Testam en to ( = T W N T ), a rt. Set, p o r W . G ru n d m a n n , v o i. I I , c o is . 793-804, tra d . ita l. B re scia , P a id eia , 1966. D e u n a fo r m a gen era l s o b r e la re la ció n en tre el Sei b íb lic o y el g r ie g o , o b se r v a el a u to r d el a rtíc u ­ lo : « P u r fa c e n d o p r o p r io il Sei i L X X , i G iu d ei elle n isti e a n c o r p iù N T p a rla n o 6

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