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3?6 JO SE R IE S C O TERRERO primeras verdades per se de la misma. Ahora bien, las primeras pasiones consideradas por la Metafísica, son las trascendentales y comunes a todos los seres, incluidas las sustancias separadas y Dios. Síguese, pues, que el primer sujeto de dicha ciencia sea el ens sim- pliciter, común con univocidad de analogía a Dios y a la criatura, a la sustancia y al accidente. También Trombeta y De Orbellis que, como vimos, profesan la univocidad del ente, se abren a la analogía. El primero, después de aducir la autoridad de Averroes en favor de su sentencia, añade: «Nec obstat quod dicas quod ens dicitur multipliciter. Quia secun- dum ipsum ly multipliciter intelligitur analogice quia analogía (se- cundum nos) stat cum univocatione»®. Igualmente, De Orbellis, partidario de la univocidad, no excluye en absoluto la analogía. Así afirma que los llamados análogos, unos son equívocos como ocurre con el concepto animal respecto del ani­ mal vivo y del pintado; los otros son unívocos como acontece con el ente respecto de Dios y de la criatura, de la sustancia y del acci­ dente «quaedam vero analoga sunt univoca ut ens est univocüm ad Deum et ad creaturam, substantiam et accidens», aunque bien se pueda denominar análogo en cuanto que el accidente se atribuye a la sustancia y la criatura a Dios 59. A través de toda la exposición se hace patente que el pensa­ miento de la escuela franciscana a partir de Escoto, acerca del ser, discurre por dos cauces distintos: el de los que profesan la univo­ cidad, en sentido estricto, y el de aquéllos otros que se inclinan por la analogía o por una univocidad abierta a la analogía. La pri­ mera opinión que es la que ha prevalecido y figura como la oficial de la escuela, nos presenta el concepto de ser como una razón común unívoca a Dios y a la criatura, a la sustancia y al accidente. Para los representantes de la segunda, el ser es una razón común análoga o una razón unívoca en sentido amplio que coincide con la analogía. J óse R iesco T errero . Universidad Pontificia. Salamanca. 58. A. T rombeta , Quaestiones Metaphysicales, lib. IV, q. 2, a. 2, p. 29. 59. N. de O rbellis , Obr. cit., lib. IV, «Tertia conclusio..».

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