PS_NyG_1969v016n003p0371_0396

E L PROBLEM A DE L SER EN LA E SC U E L A F R AN C ISC A N A 389 Respecto de los primeros, dice que pertenecen a la Metafísica ut sic, no a Metafísica humana tal como se obtiene por el enten­ dimiento humano en la vida presente. La razón es la ya apuntada ,Vná.s araba, porque nuestro entendimiento «nihil cognoscit nisi abstrahendo a sensibilibus». Por lo que se refiere, en cambio, a los conceptos propios acerca de Dios, manifiesta que pertenecen a la Teología. Añade que todos los conceptos propios, tanto los de las sustancias separadas como ¡os de Dios, pueden pertenecer a Ja Teología si tales conceptos se obtienen en virtud del objeto teológico «quia notitia theologica est notitia quam objectum theologicum natum est causare in intellectu nostro» 41. En las dos conclusiones siguientes añade, que corresponde a la Metafísica considerar las esencias de todos los seres materiales in universali, y de los seres particulares bajo la razón de ente, porque el sujeto propio y adecuado de la Metafísica es el ente en cuanto ente. En cambio, no pertenece a la Metafísica la consideración de las esencias materiales consideradas como particulares, ya que así consideradas, pertenecen a las ciencias particulares. Todavía en el libro sexto, después de repetir que la Metafísica se distingue de la Física y de las Matemáticas porque tiene un modo de definir distinto, conforme a su objeto primero que es el ens commune, insiste en la idea de que principalmente trata de las sustancias separadas. Si no hubiera algún ser abstracto secundum esse, es decir, alguna sustancia separada, no habría concepto de ente superior simpliciter, ni por consiguiente, ciencia superior a la Física. La razón, para Trombeta, por la cual el metafísico abstrae de la materia sensible, es porque considera las sustancias espiritua­ les que son abstractas secundum esse42. También afronta el problema de la unidad y predicabilidad de este ente. Lo hace directamente en el lib. IV, q. 2, a. 2 donde se pregunta si el «ens quod est commune Deo et creaturae sit univo- cum sic quod habeat aliquam unam rationem formalem communem Deo et creaturae». Contesta al interrogante con la siguiente conclusión: «Conceptus entis est unus conceptus univocus Deo et creaturae» y lo prueba recurriendo al argumento de la certeza y de la duda de los con­ ceptos de que se habló antes. Se infiere, pues, de todo lo dicho, que para Trombeta, el objeto 41. A. T rombeta , Obr. y lug. cit., fol. lOr. 42. A. T rombeta , Obr. cit., VI, q. 3, fol. 48v. 3

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz