PS_NyG_1969v016n002p0295_0313

ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA 297 jóvenes, la nave del Congreso siguió ruta adelante. Y llegó a puerto. Nos toca ahora seguir, paso a paso y en reposo meditativo, los diversos tramos de esta navegación. Al menos los más destacados. 1. O b je tiv o s y plan general. Según declaración explícita y reiterada de los organizadores del Congreso, éste se propuso en su programa inicial dos metas bien definidas: 1) reflejar la vida intelectual del momento presente; 2) ser punto de partida para desarrollos futuros, entreviendo y orientando las posibilidades del pensamiento en el día de hoy. Esta doble meta explica la amplitud del tema abordado. Se deseaba que todo problema humano de altura hallara su resonancia en el Con­ greso y tuviera su portavoz en el mismo. Reiteradamente, desde la sesión de apertura hasta la conferencia de Gabriel Marcel, ya en el apéndice del Congreso, se insistió en que Viena era la ciudad indi­ cada para un Congreso de esta significación. Desde siglos, con pre­ tensión de milenios, esta ciudad ha sido encuentro de pueblos y civilizaciones. Nada de maravillar, por lo mismo que, en un momento crucial com o el presente, se haya pensado en esta ciudad para darse cita los responsables de la dirección de las ideas. De esas ideas que van abriendo los primeros surcos en la arada de la historia y del destino humano. La amplia temática, con pretensión de totalidad de los problemas filosóficos actuales, giró en torno al tema del h om b r e . Hasta el tema d e D io s debió ser estudiado desde su vertiente humana, es decir, com o p rob lem a relig ioso, sentido y vivido por el hombre. Sin em­ bargo, hay que decir que esta postura es una innegable deficiencia en el camino de ese humanismo que a tantos hombres de buena voluntad atrae y que sólo hallará su qu icio en la Verdad transcen­ dente. En su mensaje al Congreso, el Papa lo señaló de m odo bien preciso. Pero sus palabras no podían hallar resonancia en aquel ambiente, preocupado de m odo exclusivo por los problemas del hombre. Por todo ello, nada de maravillar que en torno al tem a del h om b r e se haya organizado el plan del C on g reso . Dos partes distinguimos en dicho plan: en la primera se abordaron los problemas generales y fundamentales; en la segunda se estudiaron problemas particu­ lares, pero muy señeros en el momento actual del pensamiento. Tema primario de la primera parte general fue la abertura del h om b r e al m un d o y a la h istoria. Ante todo se quería hacer ver cóm o el espíritu humano, por ser espíritu, está inmerso en el mundo que

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz