PS_NyG_1969v016n002p0295_0313

ENRIQUE RIVERADEVENTOSA 3 1 1 el investigador nunca es, ni puede ser un espectador desinteresado, sino que siempre se halla implicado en el momento de hacer her­ menéutica, dentro de una situación dada. El lenguaje es el lugar abierto del juego recíp roco de la conciencia y de su mundo circun­ dante. La presencia de la conciencia en el mundo es influida por el lenguaje. Pero a su vez, esta presencia es también creadora de lenguaje. Adam S ch a ff completó esa visión del problema hermenéutico, distinguiendo entre c o n c e p to y e ste r e o tip o . El c o n c e p to es fruto del proceso cognoscitivo objetivo, mientras que el e ste r e o tip o es efecto del proceso valorativo, cargado en ocasiones de pasión y de emoción. De aquí que el concep to deba ser considerado com o una categoría cogn oscitivo-lóg ica , mientras que el estereotipo no supera los niveles del mero p r o c e so pragmá tico. Los estereotipos siempre se hallan ba jo el in flu jo social, están saturados de prejuicios y dan pábulo a toda clase de ideolog ía s que, si no están constituidas por los mismos estereotipos, sufren siempre su influ jo profundo. El valor de la sem án tica pudiera consistir en ser un remedio contra las falsifica­ ciones ambientales, provenientes de los estereotipos. En la sesión plenaria, dedicada a la F ilosofía de la Ciencia, la figura central fue A. J. Ayer, profesor de Oxford, para quien la situa­ ción actual del neo-positivismo no es la de hace 30 años, cuando la creación del W ie n e r K reis. Más bien nos hallamos, decía, en el m o­ mento en que el círcu lo abierto por aquel movimiento se ha cerrado. En C ibernética ya no vale la verificación com o criterio. Hoy para aceptar una hipótesis basta que no sea trivial y que se halle abierta a una confirmación de índole global. Es esta la postura digna del filó s o fo frente al realismo ingenuo de muchos hombres de ciencia. Contra esta postura, sin embargo, se levantaron fuertes objeciones. No la menor, el reproche de ser la filosofía del profesor Ayer un em p ir ism o sofisticado. Un joven pensador español, L. C en c illo , hizo oir su voz para subrayar que el neo-positivismo lóg ico no es capaz de hacernos accesible la realidad que nos circunda. Que lo m ejor de esta, es decir, lo temático, lo profundo y lo interpersonal, rebasa sus encuadramientos. Por ello, el fo rm a lism o lóg ico debe ser com ­ pletado. De otra suerte se caerá en un matematicismo estéril, im­ potente ante los resortes humanos más creadores, com o el arte, la m ora l, etc. De entre las secciones de estudio seguimos con especial interés las dos dedicadas respectivamente a la F ilosofía de la Cultura y a la F ilo so fía d e la H istoria . Ambas debieron haber formado un todo único, dada su íntima conexión. Pero la multiplicidad de secciones,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz