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3 1 0 EL XIV CONGRESO INTERNACIONAL DE FILOSOFIA De aquí la valía de esta actuación en la interpretación humana del mundo. En el Congreso el tema de la libertad, juntamente con la respon sab ilidad y la decisión , ligadas esencialmente a ella, fue ob ­ je to de estudio en la segunda sesión plenaria. Entre las diversas ponencias recogemos la de St. S trasser, pro­ fesor de Nimega, quien, después de afirmar que la libertad no ne­ cesita ser probada, por ser un dato inmediato de nuestra concien ­ cia, se detuvo en demostrar que esta libertad no puede ser en ningún modo absolu ta. Si lo fuera, impediría radicalmente el diálogo y la intercomunicación. La abertura humana sólo puede darse entre se­ res que actúan con una libertad limitada frente a los demás. Paul R icoeur, el conocido fenomenólogo de la libertad, puso en evidente nexo la libertad con la respon sab ilidad y la decisión . La libertad, según él, sólo se actúa dignamente respecto de o tr o y vinculada a las exigencias de la comunidad, en con form idad a una norma. En su análisis distinguió entre voluntad y arbitrariedad. La primera asocia siempre consigo la responsabilidad , mientras que la segunda se desvanece en pura subjetividad. Así de hecho sucede en algunas de las direcciones del existencialismo, com o en Heidegger y en Sar­ tre. Contra esta actitud del existencialismo razonó igualmente W. K. Frankena, pensador de USA, quien acusó a los existencialistas de no dar contenido al ejercicio de la libertad, de la que postulan tan sólo una actuación pura e inmotivada. El lenguaje en su doble vertiente sem án tica y h erm en éu tica fue el tema de la tercera sesión plenaria. Un estudio de Y. Gauthier proyectó tres diversas direcciones de la hermeneútica de hoy. La primera hermeneútica es la de J. F. Lonergan, que da acceso a la comprensión plena del ob jeto por medio de una intuición originaria en la que se cambinan los elementos concretos y abstractos. Se le reprocha, sin embargo, que no tiene en cuenta las voces profundas de los íntimos deseos que tanto influyen en nuestras interpreta­ ciones. La segunda hermenéutica es la de Paul R icoeur, la cual es un intento de incorporar el in con scien te freud iano a la fenomeno­ logía de la voluntad y de sus antinomias simbolizadas. Es esta una h erm en éu tica bipolar en el sentido de que implica dos dimensiones: la realidad arcaica y la esperanza esca tològica . En virtud de esta bipolaridad, el símbolo de la falta se dobla en símbolo de redención y el destino halla su réplica en la misión que hay que cumplir. La tercera hermenéutica es la de H. G. Gadamer, para quien la misma comprensión que busca la hermenéutica es ya un p r o c e so en deven ir. La expresión de este proceso en devenir es el lenguaje, efecto de una situación espiritual dada y creador de la misma. Por este motivo,

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