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ENRIQUERIVERADEVENTOSA 309 briel, lamentó en la sesión de pren sa que ésta no hubiera recogido otros aspectos interesantes de la vida del pensamiento, estudiados por el Congreso. A estos aspectos queremos referirnos ahora, para no padecer la misma miopía. Para ello seguiremos el programa ya esbozado al principio de este estudio. Si el tema del hombre, dijimos, fue considerado primordial en las reflexiones filosóficas del Congreso, el punto de partida de esta consideración debería ser la abertura del mismo al m u n d o y a la historia. A este tema estuvo dedicada la primera sesión plenaria, de muy rico contenido. Entre los numerosos estudios, ya casi todos publicados, destacamos la crítica que hizo Martiai. G u e rou lt a los po stu lad o s d e la filoso fía d e la h istoria. Se enfrentó sobre todo con el postu lado idealista que subraya el despliegue absoluto del espí­ ritu humano, siempre en ritmo ascendente. Piensa este crítico que la obra iniciada por W. Dilthey acerca de una crítica de la razón h istórica quedó a medio hacer, por no haber llegado hasta el tema de los postulados sobre los que hasta ahora se ha venido asentando toda interpretación de la historia. Augusto Guzzo, profesor de Turín, quiso mostrar la inconsistencia de la pura inmanencia del espíritu en el mundo. Porque la misma radical contingencia del espíritu habla de la necesidad de abrirse a una realidad ulterior en la que nos sentimos inmergidos por nuestra propia experiencia ontològica. K a r l Popper, profesor en Londres, se preocupó de la abertura del hombre al mundo desde una fundamentación objetiva de la investi­ gación filosófica. Para ello distingue en la vida del pensamiento tres mundos: el mundo físico, el mundo de nuestros estados mentales o de conciencia y el mundo de lo inteligible, es decir, de las ideas objetivas que pueden ser captadas por nuestra mente. La filosofía debe preocuparse de la relación entre estos tres mundos. Pero ha de tener en cuenta que el que ha de dominar es el tercero: el mundo de lo inteligible en sí mismo. Dentro de esta visión del hombre abierto al mundo, el estudio de Frttz-Joachim von R in te len , p rofe­ sor en Maguncia, nos pareció de singular importancia. Señala uno de los hitos hacia donde debe dirigirse el pensamiento de hoy. A la historicidad , hoy sentida con tanta hondura, contrapuso el sen tid o de lo supra tem pora l. Este sentido apunta a los valores eternos y a las supremas metas intemporales que el hombre nunca debe dejar a un lado. Sólo ellas le impedirán sumirse en un puro h isto ricism o que tantos hombres de buena voluntad no han pod ido superar por carecer de estas reflexiones en los valores eternos. El hombre se abre al mundo con su pensamiento por el que capta la realidad, que le rodea. Pero actúa sobre él con su libertad.

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