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2 5 6 ANALISIS DE LA PERSONALIDAD SEGUN EL RORSCHACH de formación, les han dado, siempre según el modo de ver de los estudiantes. En primer lugar les he preguntado cuáles son los problemas fundamentales que un joven debe enfrentar, para dar una respuesta consciente y libre a su vocación . La gran mayoría ha hablado del p rob lem a a fectivo, que expresan según diversos matices: — Directamente al problema del amor se refieren un 32% , di­ ciendo que es el problema fundamental y que es la base de la vo ­ cación. — Un 40% lo presenta ba jo el aspecto del problema de la mujer: ignorancia, miedo, atracción, tendencia del hombre a ca­ sarse, falta de conocim iento del amor humano. — Otros lo enfocan desde el punto de vista de la familia: son unos 16%, deseo de tener una familia propia, separación... — Finalmente, un 24% alude únicamente al voto de castidad. Otro de los problemas fundamentales de que hablan es el de la libertad en la d ecisión persona l: un 24% se refiere a que muchos van adelante, porque se sienten obligados por el prop io ambiente, sea interno o externo, o porque desconocen otras posibilidades de vida. Otros se plantean el problema de la libertad en términos de madurez personal: se creen menos maduros que otros jóvenes de su edad, la formación misma tal com o está planteada lleva por sí misma a la inmadurez; son un 12% los que hablan en este sentido. Otro problema a afrontar es el de la conv iv en cia : un 20% lo señala. Se refieren a contactos con el mundo de fuera, vida de co­ munidad... Un pequeño número indica la pob reza : un 12%. Por último, un 24% señala la obed iencia . Una segunda pregunta se refería a cóm o los superiores habían tratado de solucionar estos problemas, que concretamente se les habían presentado a lo largo de sus años de formación. He aquí sus respuestas: — Un 52% habla, en primer lugar, de la in com p eten cia de los fo rm a d o r e s: poca fe en ellos debido a su incompetencia; por el mismo motivo existe un cambio rápido y continuo; otros creen que los superiores no están preparados para dar una respuesta a los problemas que plantea su vocación ; deberían ser más sinceros y realistas; los directores espirituales no deberían acudir a la auto­ ridad para imponerse, sino a la convicción ; nuestra formación es

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