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220 EL HAMBRE EN EL MUNDO DE NUESTROS DIAS y emplean mejor las energías antiguamente conocidas y las nueva­ mente descubiertas: la hidráulica, la del carbón, la del petróleo y demás combustibles químicos, la electricidad... hasta la atómica; finalmente, cada vez se van perfeccionando los métodos para la mejor, más fecunda, más rápida y más segura y menos costosa explotación de todo este conjunto industrial y técnico... aplicada a todas las actividades humanas con éxito creciente. Pues bien, después de todo esto y a pesar de todo esto, ¡ hay todavía 1.500.000.000 (mil quinientos millones) de seres humanos hambrientos o insuficientemente alimentados! ¿Cómo es posible tan tremenda paradoja? Sí; motivo hay de sobra para extrañarse con asombro. Porque la gravedad del acontecimiento está no sólo en su amplitud, com­ prendiendo a tantas personas y en tan dilatados continentes ( e x te n ­ s ió n ); sino también en el cúmulo de males que a cada una de ellas ocasiona y produce ( in te n s id a d ). Porque al hambre acompaña necesariamente la desnutrición y miseria fisiológica: de ésta se sigue la propensión a numerosas enfermedades por falta de defensas biológicas adecuadas: la enfermedad merma la capacidad para el trabajo: a ésta sucede la escasa producción: y a ésta, finalmente, el hambre. La terrible sorites práctica se cierra sobre sí misma: la serpiente anti-económica se muerde la cola; y entre sus espirales — duras como el bronce— agarrota y oprime a mil quinientos millones de personas hambrientas. Esta secuela de causas y efectos, de factores y resultados, es de evidencia inmediata, casi elemental. Y del asombro que todo esto causa, se pasará al estupor, cuando se oye a los técnicos de la sociología y de la economía asegurar que el número de los hambrientos está para aumentar pavorosamente en los años que se aproximan. ¿Por qué todo esto? ¿Será de verdad el mal irremediable? ¿Será el problema insoluble? III CAUSAS DEL HAMBRE EN EL MUNDO Las causas y factores, que han concurrido a producir la situa­ ción hasta ahora descrita y analizada, son muy numerosas y de varia naturaleza. Con un esfuerzo de síntesis pueden catalogarse en estas seis clases, que a su vez podrían desglosarse en varias más: Naturales, culturales, económicas, sociales (o mejor, tradi­ cionales), morales y biológicas.

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