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PELAYO DE ZAMAYON 2 1 7 En efecto, en el n. 4 de la Constitución Pastoral G a u d iu m et Sp es, había expuesto con solemnidad y bastante amplitud: «El género humano se halla hoy en un período nuevo de su historia, caracterizado por cambios profundos y acelerados, que progresivamente se extienden al universo entero. Los provoca el hombre con su inteligencia y actividad creadora; pero recaen luego sobre el hombre, sobre sus juicios y deseos individuales y colectivos, sobre sus modos de pensar y sobre su comportamiento para con las realidades y los hombres con quienes convive. Tan es esto así, que se puede ya hablar de una verdadera metamorfosis social y cultural, que redunda también sobre la vida religiosa. Como ocurre en casos de crecimiento repentino, esta transfor mación trae consigo no leves dificultades. Así, mientras el hombre amplía extraordinariamente su poder, no siempre consigue some terlo a su servicio. Quiere conocer con profundidad creciente su intimidad espiritual, y con frecuencia se siente más incierto que nunca de sí mismo. Descubre paulatinamente las leyes de la vida social, y duda sobre la orientación que a ésta se debe dar. Jamás el género humano tuvo a su disposición tantas riquezas, tantas posibilidades, tanto poder económico. Y, sin embargo, una gran parte de la humanidad sufre hambre y miseria, y son muche dumbre los que no saben leer ni escribir. Nunca ha tenido el hombre un sentido tan agudo de su libertad, y entre tanto surgen nuevas formas de esclavitud social y psíquica. Mientras el mundo siente con toda viveza su propia unidad y la mutua interdependencia en ineludible solidaridad, se ve, sin embargo, gravísimamente dividido por la presencia de fuerzas contrapuestas. Persisten, en efecto, todavía agudas tensiones políticas, sociales, económicas, raciales e ideológicas, y ni siquiera falta el peligro de una guerra que amenaza con destruirlo todo. Se aumenta la comunicación de las ideas; sin embargo, aun las palabras definidoras de los conceptos más fun damentales revisten sentidos diversos en las distintas ideologías. Por último, se busca con insistencia un orden temporal más per fecto, sin que avance paralelamente el mejoramiento de los espí ritus» '. El mismo Concilio describe seguidamente los cambios profundos que se han verificado y prosiguen realizándose en este mundo en que nos ha tocado vivir (n. 5), tanto en el orden social (n. 6 ), como 1. Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual, ” Gaudium et Spes” , n. 4. En Concilio Vaticano II. Constituciones. Decretos. Declaraciones. Madrid, BAC, 1965, pp. 212 ss.
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