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240 E L H A M B R E E N E L M IIN D O D E N U E S T R O S D IA S — El BIRF (Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento). — El FMI (Fondo Monetario Internacional). — La OMS (Organización Mundial de la Salud). — La CFI (Corporación Financiera Internacional), etc. Pero aun está por saber si los países desarrollados y los en vía de desarrollo adoptarán las decisiones políticas que permitan la cooperación sobre nuevas y prometedoras bases; pues sin la trans­ formación de las estructuras, sin una voluntad política bien deter­ minada a impulsar el desarrollo, eliminando los obstáculos inter­ nos que lo dificultan, las medidas de cooperación internacional — por muy buenas que fueren— no conseguirán más que un resultado relativo. Estamos de acuerdo teóricamente en que todos somos res­ ponsables y todos solidarios para hallar la solución; pero a la hora de comprometerse es cuando se dan los pasos atrás, particular­ mente por parte de los países ricos y de pequeñas oligarquías de los países subdesarrollados, que temen un descenso de su nivel de vida. La cooperación debe coordinar mejor todos los esfuerzos de solidaridad bajo un plan concreto que facilite las ayudas y las inversiones. Los sectores en los que podría concretarse la coope­ ración son los siguientes: — en la investigación científica, — en la enseñanza, — en la ayuda financiera y — en las relaciones comerciales. En la investigación cien tífica . La ciencia progresa marchando sobre raíles de oro. O esto mis­ mo, dicho en expresión más prosaica: El progreso científico cuesta muchos miles de millones. ¿Cuántos costó a Estados Unidos la fa ­ bricación de la primera bomba atómica? ¿Cuántos emplearon pos­ teriormente la U.R .S.S., Inglaterra, Francia y China para fabricar las suyas? En cambio, si la primera nación hubiese revelado los conocimientos atómicos — científicos— que presupone la construc­ ción de tales bombas, gran parte del dinero que las otras naciones emplearon (y el que otras más emplearán tal vez de ahora en ade­ lante para los m ismos fines) podría haberse ahorrado. Bastaba la cooperación en el orden científico: en este caso la revelación de tales secretos militares.