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2 3 0 E L H A M B R E E N E L M U N D O D E N U E S T R O S D IA S sentidos opuestos por los liberales y liberaloides de la escuela eco­ nómica clásica, de una parte; y por varios comunistas y comunis- toides (aun en España), de otra. Pero el tiempo será testigo de la perspicacia del Sumo Pontífice, y de la miopía o mala voluntad de sus detractores. Teniendo, pues, como telón de fondo esa doctrina pontificia, sintetizaremos nuestro pensamiento de la siguiente forma: Para resolver el problema del hambre actual hay que echar mano (de modo racional y más eficaz que fuere posible) de los recursos o factores con que cuenta el género humano: la tierra, la ciencia, el hombre y el capital. Y esto mediante la cooperación científica (de investigación e invención), educativa (de divulgación y ense­ ñanza), financiera y comercial. Entendemos cooperación organizada de todas las naciones. He ahí lo que, a nuestro juicio, constituye el g r a n re m e d io . A) R ecursos 1. L a T ie r r a . Es el primer factor en orden cronológico: Hay millones de hec­ táreas todavía no cultivadas, que podrían y deberían cultivarse. Las ya cultivadas, podrían cultivarse mejor, echando mano de la selección de semillas, de abonos, de métodos, de maquinaria, aco­ modando a cada terreno en particular los elementos citados según las indicaciones de la edafología. Ya se dejó consignado todo esto en el capítulo V, discurriendo acerca de las causas económicas del hambre; y no hay para qué repetir aquí lo allí consignado. E l M a r . En esta enumeración de factores económicos o remotas fuentes de riqueza hay que recordarlo al lado de la Tierra. Bien ex­ plotadas las posibilidades que encierra de producir alimentos para el hombre, constituirá una fuente de riqueza inmensa e inagota­ ble: o si no inmensa, sí a lo menos abundante y perenne. ¿No son muy numerosas las posibles aplicaciones del p la n c to n y relativa­ mente fácil la posibilidad de conseguirlo mediante los medios que dictan los conocimientos científicos?