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2 2 8 E L H A M B R E E N E L M U N D O D E N U E S T R O S D IA S dente: Que tal acontecimiento constituya un grave, gravísimo pro­ blema, es innegable. Que un aspecto de él, a saber, el moral, baya sido resuelto por el oráculo del Vicario de Jesucristo en la tierra, es cierto. Pero es cierto también que dicho problema — en cuanto a su aspecto económico— no queda resuelto con esa sola doctrina: sigue en pie; agrava la cuestión del hambre en el mundo; y si las cosas continúan como van en lo presente, el número de hambrientos aumentará notablemente en los próximos lustros venideros. El estado de la cuestión es como sigue: El hecho-. El hambre aqueja a más de la mitad del género hu­ mano. La am e n a z a : Puede agravarse más aún la situación tan triste, debido al creciente auge de la expansión demográfica. El p r o b le m a : ¿Existe ya la superpoblación? Lo cual equivale a preguntar si la tierra resulta ya pequeña para el número de bocas humanas que tiene que mantener o que tendrá que mantener den­ tro de pocos lustros. El problema es bastante complejo, aun considerándolo sola­ mente desde el punto de vista económico. ¿La producción agrícola crece actualmente al ritmo de la población? Un informe de la F.A.O. sobre la alimentación y la agricultura de 1959 da a conocer los siguientes hechos: 1. El aumento de producción agrícola en el mundo fue en 1958-59 doble que el aumento de la población. Esta aumentó el 1,6%; la producción agraria se elevó al 4% ; pero este aumento tuvo lugar en países bien equipados, en los que sus habitantes no padecen hambre. 2. Por otra parte, vemos el estado de miseria alimenticia en gran parte del globo, donde varias poblaciones no conocen a me­ nudo más que raciones pobres en cantidad y calidad, como queda expuesto anteriormente. En esas regiones habitan hoy más de tres quintas partes de la población mundial; pero no tuvieron a su disposición desde 1954 a 1958 más que un tercio de la producción agrícola mundial. La preocupación por el desequilibrio entre el aumento de po­ blación y el de las subsistencias parece llegar a su punto álgido en

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