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ANTONIO PINTOR-RAMOS tivista; el «a priori» es algo real, es un hecho y no se puede reducir a una mera necesidad subjetiva de explicación de algunos hechos que se presentan como problemáticos. No queda solucionado el problema con admitir un «Yo transcendental» o una conciencia general válida para toda la especie; enfocado de este modo, el problema ético no puede menos de ser un auténtico callejón sin salida. Tampoco hay que confundir «a priori-a posteriori» con la contra­ posición «innato-adquirido»; esos dicen siempre una relación causal de génesis, lo cual no tiene nada que ver con el apriorismo. En principio, no hay ninguna dificultad en que el «a priori» sea acce­ sible por varios caminos: herencia, tradición, etc., pero eso eviden­ temente no prejuzga en nada la realidad ontològica del «a priori» 57. Con esto tenemos una visión general del sentido del apriorismo en Scheler. «A priori» es lo que vale independientemente de la ex­ periencia inductiva, es la esencia tal como aparece en la experiencia fenomenològica una vez llevada a cabo la reducción, sin que poda­ mos confinarla en el mundo intelectual, porque existe todo un mundo emocional que tiene también validez apriórica. Estas esencias aprióricas funcionan en el conocimiento científico como leyes formales a las que debe ajustarse la experiencia; de este modo pudo Scheler explicar las conquistas históricas del cono­ cimiento sin tener que renunciar por ello a un mundo «a priori» con validez intemporal. Es lo que se conoce con el nombre de «teoría de la funcionalización» 58. CONCLUSION Este es un resumen, sin duda en algunas partes demasiado esquemático, de los principales temas de la interpretación que dio Scheler de la fenomenología y que pretendió llevar a cabo en sus investigaciones. Esto sólo con «buena voluntad» podría dar una idea muy mermada de la riqueza enorme que tienen sus análisis. Sus divergencias con Husserl son evidentes. Lo que en el fun­ dador de la fenomenología era un método riguroso con pretensiones de exactitud matemática, en Scheler se va convirtiendo cada vez más en una actitud ante las cosas y ante el mundo; dicho de otro modo, Scheler no se contenta con definir teóricamente la fenome- 57. Ib., p. 99. 58. D upuy , M „ op. cit., pp. 230-234. L lambias , op. cit., pp. 40-43.

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