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168 P E N S A M IE N T O Y E X P R E S IO N M IT IC O S E N E L N . T . to natural del pensamiento cristiano primitivo es la vieja concep ­ ción mítica del mundo 23. A este respecto es clásico el esquema que ofrece Bultmann de la imagen mítica del mundo, tal com o se encuentra en los escritos del NT. La resumimos aquí, pues ella influye grandemente en la repre­ sentación neotestamentaria del misterio de Cristo. El mundo se concibe com o dividido en tres pisos. El piso central lo ocupa la tierra; sobre ella está el cielo; abajo, el mundo inferior. El cielo es con ceb ido com o un espacio donde moran Dios y los seres celes­ tes, los ángeles. El mundo inferior es el infierno, lugar de tormentos, mansión de los demonios. La tierra no es sólo el espacio donde trascurre el acontecer natural y cotidiano, que se sucede con natu­ ralidad y orden, sino que es también el escenario donde actúan las potencias sobrenaturales: Dios, los ángeles y los demonios. Tanto en el acontecer natural com o en el querer, pensar y obrar del hombre in tervienen las potencias sobrehumanas. Lo prod igioso, por lo mis­ mo, no es algo raro o extraño. Entra naturalmente en la trama de la vida diaria. El hombre no se siente dueño de sí mismo; los demo­ nios pueden posesionarse de él; Satanás puede infundirle peligrosos pensamientos y deseos. Pero también Dios puede dirigir su pensar y su querer, permitirle que contemple visiones celestes, dejarle escuchar su palabra, regalarle con la fuerza sobrenatural de su Espíritu. La historia, por lo tanto, no puede seguir un curso cons­ tante y regular, sino que discurre un tanto caprichosamente a im­ pulso del movimiento y dirección que le imprimen las potencias extramundanas. El presen te eón está b a jo el poder y control de Satanás, del pecado y de la muerte, que se presentan com o otras tantas «potencias», camina rápido hacia su fin, que tendrá su rea­ lización en la gran catástrofe cósm ica provocada por Dios 24. Esta imagen mítica del mundo, que domina todo el NT., es fun­ damentalmente la imagen de la apocalíptica y de la tradición judía 2S. El cielo, la tierra y el mundo inferior son míticos en cuanto se con ­ ciben com o espacios numinosos, mansión y escenario donde viven y actúan, al m odo humano, las potencias sobrehumanas. En resumen, en esta imagen mítica el curso necesario, fijo, determinado de la naturaleza se convierte en algo libre, imprevisible e incontrolable. Por el contrario, el curso libre y autodeterminante de la vida hu­ 23. Véase R. Bultmann, Mythos und Mythologie im NT, en Die Religion in Ges­ chichte und Gegenwart 3 IV, p. 1278. 24. Véase Kerygma und Mythos I, p. 15. 25. Véase Die Religion in Geschichte und Gegenwart* IV, p. 1.278.

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