PS_NyG_1969v016n002p0161_0187

1 6 6 P E N S A M IE N T O Y E X P R E S IO N M IT IC O S E N E L N . T . regular ordenación de lo que existe y sucede en él. Esto le fuerza al hombre a actuar con una máxima responsabilidad. Piénsese en el comportam iento de un médico frente a una determinada enfer­ medad. El pensar científico nació con la pregunta acerca del arché del principio que da unidad a la multiplicidad de los fenómenos mundanos. A esta supuesta unidad del mundo responde la unidad del pensar científico, que se caracteriza por el logon didonai, por la fundamentación en que se debe apoyar toda afirmación, frente a la falta de nexo y de fundamentación en los mitos y relatos m ito­ lógicos. Para el pensamiento m ítico el mundo y los sucesos del mundo son algo siempre «abierto» a las intervenciones de las potencias del más allá. Por el contrario, para el pensar científico, crítico, el mundo y los sucesos del mundo son algo «cerrado» a la intervención de potencias no mundanas. En el pensar m ítico, no sólo la naturaleza es algo «abierto», sino también la vida personal del hombre. Por el contrario, el hombre que ha crecido lejos del pensamiento m ítico se comprende a sí mismo com o una unidad y se hace plenamente responsable de sus sentires, pensares y quereres. No los atribuye a posibles intervenciones de potencias extrañas, extramundanas l9. La difrencia infranqueable entre el pensar moderno — científico y crítico— y el pensar m itológico consiste en la radical diversidad de los ju icios: inconscientes y acríticos en el hombre m ítico, cons­ cientes y críticos en el hombre moderno, científico, aunque los resul­ tados a que llegan éstos últimos estén sujetos a una constante revi­ sión. Las imágenes del mundo científico van cambiando, pero todas ellas se presentan com o hipótesis a partir de la conciencia crítica del pensador, del científico M. Consecuentemente, tampoco la ciencia histórica — manifestación del pensar científico— puede contar con la intervención de Dios, del diablo o de los demonios, com o agentes que interfieren en su proceso. Se concibe el curso de la historia com o un todo cerrado en sí mismo 2t. F. Theunis cree que la norma crítica última de lo m ítico en Bultmann sería lo que él llama la impensabilidad. Lo m ítico o mito­ lóg ico no se definiría, en último análisis, por ser algo primitivo, inverosímil, increíble o inverificable, sino por su carácter de im ­ pen sab le. Esto tendría una doble raíz. Primera, la regularidad de todos los procesos en el campo de la naturaleza, de la historia y 19. Véase Kerygina und Mythos II, pp. 181-182. 20 . Ibidem, p. 181, nota 1 . 21. Ibidem.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz