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S A N T O S G O N Z A L E Z D E C A R R E A 165 divina— de una manera inadecuada I5. En cuanto que el pensar m itológ ico objetiviza e intenta convertir en dato constatable y dis­ ponible algo que por su misma naturaleza escapa a esas categorías. «El mito pretende hablar de una realidad que está más allá de la realidad objetivable y dominable y, por cierto, de una realidad que es para el hombre de una importancia decisiva» ,6. Bultmann se interesa únicamente por aquella clase de mitos en los que se expresa una determinada comprensión de la existencia humana. Deja de lado lo que él denomina mitos etiológicos, es decir, aquellos que pretenden explicar, dar razón de las formacio­ nes y manifestaciones llamativas de la naturaleza, atribuyéndolas a seres sobrenaturales. Mitología es para Bultmann algo más que eso. «Los mitos hablan de los dioses y demonios com o de fuerzas de las que el hombre se sabe dependiente, potencias cuyo favor él necesita y cuya ira teme. Los mitos expresan la idea que el hombre no es señor del mundo ni de la vida, que el mundo en que vive está lleno de enigmas y misterios, y que la misma vida del hombre esconde una plétora de enigmas y misterios» n. Bult­ mann considera lo m itológico com o expresión de una determinada comprensión de la existencia humana, que cree que el mundo y la vida tienen su fundamento y sus límites más allá de todo lo que nosotros podemos calcular y controlar, y habla de ello de manera insuficiente, pues habla de esa potencia com o si fuera algo mun­ dano. Habla de los dioses, que tienen su poder más allá del mundo visible e inteligible, com o si fueran hombres; habla de sus hechos com o de hechos humanos, bien que representa a los dioses com o dotados de un poder sobrehumano. Los mitos dan de la realidad transcendente una objetivación mundana, inmanente. «El mito o b ­ jetiviza el más allá en el más acá» l8. Bultmann esclarece su concepto del pensar m itológico, oponién­ dolo al pensar científico. El pensar m itológico atribuye determina­ dos fenómenos y acontecimientos a fuerzas, a potencias sobrena­ turales, ya se las conciba dinámica o animísticamente o bien se las represente com o espíritus personales o dioses. Por el contrario, el pensar científico se encuentra presente en toda hipótesis de trabajo que cuenta com o postulado básico con la existencia de un nexo cerrado de causas y efectos. Presupone la unidad del mundo y la 15. Véase Glauben und Verstehen IV, p. 128. 16. Ibidem, p. 133. 17. Ibidem, p. 146. 18. Ibidem.

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