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1 8 6 PENSAMIENTO Y EXPRESION MITICOS EN EL N. T. la idea de la preexistencia. Por el contrario, en Pablo y, sobre todo, en Juan la preexistencia, junto con los otros dos momentos exis- tentivos, forma parte esencial de la cristología. La Palabra — el Logos— estaba junto al Padre, viene a este mundo y torna de nuevo a donde estaba antes. Este tema ya se encuentra en fórmulas pro­ bablemente prepaulinas: G1 4, 4-5; Rm 8 , 3; F1 2, 6-11 67. En las dos primeras fórmulas se vincula el tema al título H i j o d e D io s . En el encabezamiento del himno de Fl no se menciona expresamente dicho título. Es clásica la discusión en torno al trasfondo religioso-literario del motivo de la preexistencia. En la escuela histórico-religionista fueron muchos los autores que defendieron la dependencia con res­ pecto al mito gnóstico del redentor Por el contrario, en la actua­ lidad son muchos los que prefieren vincular este tema importante con las especulaciones sapienciales del judaismo tardío, donde se encuentran fórmulas análogas (Sb 9, 9-10) w. Proceda de la especulación sapiencial o del mito gnóstico, ¿qué valor se debe conceder a la representación de Cristo como ser pre­ existente, divino, que interviene como mediador en la creación? El dogma cristiano afirma, como es lógico, la preexistencia y eternidad de la segunda persona de la Trinidad, pero no la preexistencia de Cristo en cuanto tal. Tampoco me parece solución adecuada afirmar que lo que existe es la idea, el proyecto divino de Cristo, en la in­ tención de Dios. Los autores del NT no tenían esto en cuenta. Se referían claramente a la preexistencia de un ser concreto, deter­ minado, fuera de la mente divina. ¿Hasta qué punto se puede ha­ blar aquí de realidad mítica o de realidad objetiva? Creo que esta­ mos ante un caso semejante al del h ijo d e l h o m b r e en su función cósmica futura. En el NT. se encuentran vinculados los acontecimien­ tos primordiales — creación— y los sucesos terminales con el acon­ tecimiento central, plenamente histórico: Cristo Jesús. ¿Cómo se ha llegado a esa vinculación, a esa relación de lo primordial con lo escatológico en Cristo? En ambos casos, los posibles elementos míticos, propios de las representaciones de los orígenes y de las ultimidades, han sufrido una substancial reinterpretación en fun­ 67. Véase W. K ramer , Christas Kyrios Gottessohn, 1963, pp. 109-112. 61-67. 68 . Los estudios decisivos fueron los de R. R eitzenstein , Das iranische Erlösungs­ mysterium, 1921. 69. Véase R. S chnackenburg , Das Johannesevangelium. I. Teil (Herders Theolo­ gischer Kommentar z. NT, IV ), 1965, pp. 290-302; E. S chweizer , Zur Herkunft der Präexistenzvorstellung bei Paulus, en Neotestamentica, 1963, pp. 105-109; O. C ullmann , Die Christologie des NTs., 1957. Véase también la bibliografía citada en la nota 48.

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