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16 2 P E N S A M IE N T O Y E X P R E S I O N M IT IC O S E N E L N . T . del mito en el NT. no ha cesado de inquietar a los estudiosos. En la investigación liberal, de la L eb en s-Jesu -Forschung , lo m ítico ad­ quiere gran importancia, sobre todo en la obra de D. F. Strauss 2. La problemática se enriqueció sobre manera con las aportaciones sustantivas de la escuela histórico-religionista, que tanto esfuerzo e interés consagró a esclarecer los orígenes cristianos. Los textos del NT. cobraron, gracias a ella, nuevas e insospechadas perspecti­ vas. Se les sometió a una detenida con frontación con los escritos rabínicos, con la literatura apocalíptica extrabíblica, con la amplia literatura helenística y con los recién descubiertos textos gnósticos, de muy diversa procedencia. Se podría citar, com o obra que resume e incorpora los diversos trabajos de la escuela histórico-religionista, el libro de W. Bousset: K y r io s Ch ristos. H istoria d e la fe en C risto d e sd e lo s c om ien z o s del cristian ism o hasta Ir en e o (Góttingen 1913). Otras aportaciones sustanciales de la escuela histórico-religionista son las de H. Usener, P. Wendland, Fr. Cumont, R. Reitzenstein, H. Gunkel, A. Eichhorn, W. Heitmüller, J. Weiss, M. Dibelius, etc. 3. De los resultados obtenidos en estas abundantes y no siempre equilibradas investigaciones, parte R. Bultmann. Su dependencia con respecto a los investigadores histórico-religionistas es patente en todos sus escritos y comentarios, especialmente por lo que se re­ fiere a Bousset y Reitzenstein. El m ismo Bultmann aportó nuevos e interesantes esclarecimientos en su investigación m orfocrítica so­ bre la tradición sinóptica y en su comentario a Juan 4. Bultmann ha hecho que el problema del mito en el NT. se haya convertido en uno de los temas más candentes dentro del pensar teológico de la postguerra. Tanto por parte católica com o por parte protestante 2. Ibidem, pp. 121-147. Véase también G. Backhaus, Kerygma und Mythos bei Strauss und Bultmann, 1956. 3. H. Usener, Religionsgeschichtliche Untersuchungen, I, 1889; Vorträge und Aufsätze, 1907; P. Wendland, Die hellenistisch-römische Kultur in ihren Beziehungen zu Judentum und Christentum, 1907; F r. Cumont, Les religions orientales dans le paganisme romain, 1907; R. R eitzenstein, Die hellenistischen Mysterienreligionen, 1910; H. Gunkel, Schöpfung und Chaos in Urzeit und Endzeit, 1895; Zum religions- geschitlichen Verständnis des Neuen Testaments, 1903; A. Eichhorn, Das Abendmahl im Neuen Testament, 1898; W. H eitm u eller, "Im Namen Jesu". Eine sprach-und religionsgeschichtliche Untersuchung zum Neuen Testament, speziell zur altchris­ tlichen Taufe, 103; J. W eiss, Das Urchristentum, 1917; M. D ibeliu s, Die Geisterwelt im Glauben des Paulus, 1909. Sobre la escuela histórico-religionista véase C. Colpe, Die religionsgeschichtliche Schule, 1962. Una visión de conjunto, con textos selectos, se ofrece en W. G. Kümmel, Das Neue Testament. Geschichte der Erforschung seiner Probleme, 1958, pp. 259-393. 4. R . Bultm ann, Die Geschichte der synoptischen Tradition, 1921. 7.“ ed. 1967; Das Evangelium des Johannes (Kritisch-exegetischer Kommentar über das NT, be­ gründet von H. A. W. Meyer), 1941.

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