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G. DE SOTIELLO 75 phia p erenn is. Y com o definición omnicomprensiva se podría dar esta: «la filosofía es visión de lo real, su contemplación, la más elevada contemplación natural de que el hombre es capaz» (p. 45), y la solución de sus problemas decide del sentido que se haya de dar a la vida humana. El progreso en el filosofar no es primariamente en sentido hori­ zontal, sino vertical. Consiste en ver los problemas cada vez desde una radicalidad mayor. Pero las visiones anteriores permanecen ver­ daderas, con lo que en fiolosofía carece de sentido hablar de filo­ sofía caduca. L o qu e d eb e el m u n d o a la filoso fía La actividad filosófica es una de las actividades específicamente humanas, exigidas por la naturaleza humana y constitutivas de su dignidad. T odo hombre, humilde o egregiamente, está llamado a filo­ sofar. El filósofo de profesión es el que potencia máximamente esa capacidad humana. Pero al mundo actual le hace falta una filosofía consciente y auténtica, esa que ha sido desplazada del mundo occi­ dental y que queda casi únicamente com o reservas en la reflexión del sentido común, en los aldeanos, marinos, y en ciertos obreros y artesanos. «E l resultado es éste, que el mundo europeo y europei­ zante, sobre todo el mundo occidental, es un mundo sin filosofía del ser o con cuasi o seudofilosofías del ser. La enfermedad más pro­ funda del hombre contemporáneo parece ser su escepticismo, que le vuelve incapaz tanto de entregarse a la contemplación filosófica del ser com o de creer en algo que trascienda la experiencia inme­ diata de los sentidos o su interpretación matemática» (p. 60). Se ha olvidado que el primer «produ cto» de la cultura es el hombre mismo, en quien ha de hacer que se desplieguen sus capacidades, tanto de orden cognoscitivo com o apetitivo. Ahora bien, entre esas disposiciones figuran, al lado de las de índole intelectual, las de orden moral y religioso. Y son las doctrinas esenciales de la filosofía las que permiten afirmar los fundamentos de la vida moral. Una moral natural, que prepara el camino para aceptar la moral sobrentural. Para quienes no han recibido la ver­ dad revelada, la filosofía debe ser el guía responsable de su conducta moral.

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