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44 S IX T O V CON TRA LA P R A G M A T IC A DE F E L IP E I I Católico; p retend ía el duque que el em ba jado r, al no ser Grande en España, sólo ten ía derecho al tra tam ien to de merced25. Aunque d irectam en te la Pragm ática sólo obligaba a los españo ­ les, de modo ind irecto afectaba a todas las personas constitu idas en dignidad, pues de te rm inaba el tra tam ien to o títu lo que en ade­ lan te les iban a d a r los súbd itos del Rey C a tó lico26. Y esto pareció in to lerab le al cuerpo dip lom ático acred itado en Madrid. Pa rticu ­ larm en te b rusca es la reacción del em ba jado r imperial; éste, ya en el p rim e r momento, propone al Nuncio que le acompañe en v isita de p ro te sta an te el Rey; y luego ade lan ta la amenaza de ab andon a r Madrid an tes del uno de enero, fecha en que la Pragm ática éfitra- ría en v ig o r27. Po r el momen to todo queda en com en tarios más o menos des­ enfadados y violentos, pues el Rey con tinuaba en su re tiro de El Escorial, donde hab ía firm ado la P ragm ática que tan to revuelo levantaba. Apenas regresa a Madrid, los dip lom áticos le a sa ltan con peticiones de audiencia en las que exigían se les explicase el decreto real, que, según ellos, a ten tab a con tra su independencia. La P ragm ática afectaba doblemente al Nuncio. Como eclesiástico y como diplomático. Si hemos de c ree r a Hübner, el g ran h isto riado r de Sixto V, Mons. Speciano se h ab ría desatado en un lenguaje altivo, decla­ rando term inan tem en te que él no obedecería la Pragm ática ya que el regu la r los títu los de los eclesiásticos —decía— e ra de exclusiva competencia pon tific ia28. En térm inos parecidos, p resen ta H ino josa la po stu ra del Nuncio. Después de a lud ir a la indigación que dom inaba al Cuerpo diplo­ mático ac red itado en Madrid, con tinúa: «No fue de los menos albo ­ ro tados el Nuncio, quien en la p rim e ra audiencia que obtuvo del Rey no se recató de d ec la ra r que no obedecería la P ragmática, po r com pe tir exclusivamente al Papa d a r o q u ita r títu los a cardenales y p re lado s» 29. 25. M . Le B aró n de H ü bn er, Sixte-Quint d’aprés des correspondences diploma- tiques inédites tirée des Archives d’Etat du Vatican, de Simancas, Venise, Paris, Vienne et Florence, I, p. 381. 26. D irectam ente n i los españoles residentes fuera del R eino se consideran o b li­ gados p o r la Pragm ática; así escrib ía O livaresa F elipe II, 2-1-1587: «No p ractico la Pragm ática aunque me he holgado m ucho con ella; no oblig a a los que estam os fuera; espero órdenes sobre lo que se debe hacer», Arch. Gen. Simancas, Estado, Roma 949, f. 9. 27. N u n cio de M a d rid a R u sticu ei, 17-X-1586: Arch. Vat. Nunz. Spagna }}, f. 15v; H ü bn er, op. cit., I, p. 382. 28. H ü bn er, op. cit., ibid . 29. R. de H in o jo sa, Los despachos de la diplomacia pontificia en España. Me-

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