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M E L C H O R D E P O B L A D U R A 401 cismo en la India52. Y los biógrafos Fulgencio de Camugnano53 y Walbert Bühlmann54 lo presentan como uno de los obispos misioneros del siglo pasado que con éxito lisonjero abrieron nuevos derroteros en el campo de la evangelización; fue uno de los primeros en intuir la capital importancia de la instrucción en todos los grados para el desarrollo del cristianismo en las naciones jóvenes; se sirvió de la prensa para consolidar las instituciones de la Iglesia en la India y para despertar el interés por las misiones en las naciones europeas; publicó la primera traducción de los libros neotestamen- tarios en indostani; se desveló por la preparación del clero autóctono y fue el promotor de la colaboración entre las diferentes órdenes y congregaciones en país de misión; ni las dificultades ni los fracasos le arredraban, porque alimentaba sus fuerzas en el inagotable hontanar de la vida interior de unión constante con Dios. Otros investigadores se han fijado de propósito en aspectos particulares de la personalidad del Siervo de Dios, como el influjo que su achaque y enfermedades tuvieron en el carácter y espiritualidad55, el impulso dado al resurgir del espíritu misionero en el siglo pasado56, y el catálogo de sus escritos57. El alma de santo y de apóstol salta a la vista leyendo su testamento espi­ ritual, como se ha denominado la circular enviada a sus misioneros tres años antes de morir; es una síntesis vigorosa de los medios de santificación personal y de apostolado, que el misionero debe tener muy en cuenta so pena de fracasar en su deber de santificación personal y de evangelización de los infieles que le han sido encomendados58. 52. Clementinus a Vlissingen, Min. gen. OFMCap, Litterae circulares: De mis- sionali opera Ordinis nostri augenda, (23 apr. 1966), en AOFMC 82 (1966) 202-220. Una conmemoración solemne del centenario de la muerte tuvo lugar el 2 de mayo de 1966 en Roma, siendo orador el arzobispo de Agrá, mons. Domingo Athaide, OFMCap; y otra no menos solemne se celebró en Allahabad con una alocución del cardenal Valeriano Gracia, los días 20-23 de octubre del mismo año, a la que se adhirió el card. prefecto de Propaganda Fide con una carta fechada el 3 de octubre 1966. Cf. AOFMC 82 (1966) 302-303, 398-399, 401-402. 53. Bishop Hartmann. 2 ed. Allahabad, St. Paul Publications, 1966. 22 cm. 471 pp. y 25 ¡11. Anteriormente se había publicado un opúsculo anónimo: Hartmann the Crusader. By one vvho has knelt at his tomb. Allahabad, St. Paul Publications (1958). 18 cm., 28 pp. 54. Pionier der Einheit. Bischof Anastasius Hartmann. (Franziskanische Lebens- bilder, 7). Ziirich, Thomas-Verlag, 1966. 19,5 cm., 247 pp.; Idem, Pioner de l’unité. Mgr Anastase Hartmann. Traduit par le P. Modest Vesin, OFMCap, missionnaire aux Seychelles, Fribourg-Paris, Editions St-Paul, 1967, 19 cm., 236 pp., ill. 55. Walbert Bühlmann, Das Phanomen der Krankheit im Leben von Bischof Anas­ tasius Hartmann (1803-1866), en Collect. Franc. 36 (1966) 393-414. 56. Giovanni Antoniazzi, OFMCap, Condizioni e tentativi di riordinamento delle missioni estere cappuccine durante la prima meta del sec. XIX. II ruolo di mons. Anastasio Hartmann, en Collect. Franc. 36 (1966) 338-391. 57. Isidoro de Villapadierna, Una carta inédita de mons. Anastasio Hartmann (1849), en Collect. Franc. 30 (1960) 453-456. El mismo autor ha reseñado otros escritos de menor importancia en el artículo citado más arriba en la nota 51. 58. Testamento spirituale di mons. Anastasio Hartmann, en L’Italia Franc. 41 (1966) 349-354. 6

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