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4 0 0 D IE Z A Ñ O S D E H A G IO G R A F IA C A P U C H IN A ( 1 9 5 7 - 1 9 6 7 ) II.—BIOGRAFIAS Y ESTUDIOS MONOGRAFICOS Las beatificaciones y canonizaciones, como también las conmemoraciones centenarias de las mismas y del nacimiento o muerte de los santos, beatos y siervos de Dios, brindan a los hagiógrafos la oportunidad de recordar accio­ nes extraordinarias y a proponer al público la contemplación e imitación de sus virtudes. Y si no siempre con la responsabilidad científica y con el empeño literario que fuera de desear, de ordinario procuran imprimir a sus trabajos una presentación más o menos conforme a las corrientes culturales y literarias de la época y a los gustos y exigencias del hombre moderno. Es lamentable que el descuido y desaliño con que se han escrito y escriben las biografías, haya contribuido y contribuya notablemente a la indiferencia, despreocupación y prejuicios con que se miran hoy en día los santos. Afor­ tunadamente ahora se atiende a presentar responsablemente una visión más humana, más histórica y más auténtica de los santos revestida de una ade­ cuada y agradable forma literaria; pero a veces se corre el riesgo de des­ virtuar el carácter sobrenatural informado por la gracia, las virtudes y los dones del Espíritu Santo a fuerza de querer encarnarlos preferentemente en una experiencia humana. Se les acerca más a los hombres y se les separa más de Dios. La segunda parte de nuestro balance hagiográfico trata, en particular y siguiendo el orden alfabético, de los santos, beatos, venerables y siervos de Dios que han sido objeto de algún estudio y al mismo tiempo expone, a base de la documentación oficial, el movimiento y el estado actual de las respec­ tivas causas de beatificación y canonización. 1. Siervo de Dios A n a s t a s i o H a r t m a n n , de Altvvis, obispo titular de Derbe y vicario apostólico de Patna (1803-1866). Si bien el proceso de batificación incoado en 1906 no adelanta, como fuera de desear50, la personalidad del Siervo de Dios con el pasar de los años no pierde actualidad, como lo demuestra la bibliografía razonada y exhaustiva de los últimos 20 años publicada por Isidoro de Villapadierna, que consta de 52 unidades bibliográficas51. Al celebrarse el primer centenario de la muerte del insigne misionero (f en Kurijee, 24 abril 1866), su vida y su obra polarizó el interés y la reflexión de biógrafos, historiadores y publicistas. El ministro general de la Orden lo propuso como modelo del auténtico misionero y puso de relieve su aportación decisiva al florecimiento actual del catoli­ 50. Cf. Catalogus ca.usa.rum n. 63; Acta et decreta, 3943; Lexicon capuccinum. Promptuarium historico-bibliographicum Ordinis Fratrum Minorum Capuccinorum (=Lex. cap.), Romae 1951; W. Bühlmann, OFMCap, Hartmann Anastasius, en Lexicon für Theol. und Kirche V (1960) 20; E. R. Hambye, S.J., s. v., en New Catholic Ency­ clopedia VI, 936b-937a; Arnulf Goetz, Heilige, Märtyrer und Helden, 344-348. 51. Bibliographia recentior (1948-1966) servi Dei Anastasii Hartmann, en Collect. Franc. 36 (1966) 436-441.