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ANTONIO PINTOR 381 es dado tan o rig ina riam en te como el yo. La persona sólo nos puede ser dada en el am o r y nunca como un ob jeto , sino en la co-ejecución (Mitvollzug) de sus actos, teniendo en cuenta, además, que e n tra en la esfera de la libe rtad de cada pe rsona el desvelar u ocu ltar su núcleo ín timo ; objetivamente en el hom b re sólo se nos da su cuerpo, la un idad del cuerpo vivo 4, su yo y su alm a vital. Sobre un tra b a jo postumo , Liambías estud ia el p rob lem a de la supervi­ vencia ( Fortleben ) y el de la m uerte que, según Scheler, es previo a aquél. N uestro saber de la m u e rte no es inductivo, sino que proviene de la vivencia de un ensancham ien to de la esfera del pasado y con­ sigu ien tem en te un angostam ien to de la del fu tu ro en la e stru c tu ra de n u e s tra tem po ralidad vital; la m uerte es algo in trínseco a la vida. Para cree r en la supervivencia —no inm o rta lidad— Scheler hab la de la experiencia de independencia de lo e sp iritua l respecto de io vital y corpóreo ; existe un «plus», un «remanente» de lo esp iri­ tual fren te a lo co rpo ra l (p. 247) y no hay n inguna razón po r la que el e sp íritu tenga que desapa rece r con el cuerpo. Acercándose al in­ dividualismo, Scheler a firm a que el valo r de la persona como tal es el valo r más alto , pero, dando pa rte de razón al colectivismo, la persona nunca debe tende r vo lun ta ria y ego istamen te a su p rop io valor moral; el p o rtad o r del valor m o ral sup rem o es el devenir y el se r de la ind iv idualidad e sp iritua l de la persona, y no una «per­ sona-razón» al estilo de Kant. En toda persona existen intenciones que ap u n tan a la com un idad y, p o r ello, la idea de com un idad es o rig ina ria en la persona; en esto se funda el princip io de so lidari­ dad (p. 260). La persona colectiva no es p a ra Scheler una simple sum a de personas individuales, sino una rea lidad vivenciada como co rre la to de los actos in tencionales dirigidos a los demás; se dis­ tingue de la m asa, de la comun idad y de la sociedad (reco rd a r a Tónnies). La persona colectiva no es responsab le an te la individual ni ésta an te aquélla, sino que ambas son co-rresponsables an te Dios. El princip io de so lidaridad es la m arca d istin tiva del personalismo de Scheler y el princip io sup rem o de su ética social (p. 267). Niega que el E stado sea una persona colectiva completa, pues, si bien es una realidad esp iritua l, no ejecu ta todas las clases de actos esp iri­ tuales, a no ser que el E stado coincida con la nación. Dejemos aho ra la doc trina de los modelos y jefes (pp. 272-285) que Scheler expuso en Vorbilder und Führer, o tro escrito postum o incompleto; los modelos son tipos ideales axiológicos y hay tan to s como form as 4. Sch eler u tiliza p ara am bos conceptos dos p a lab ras d istin tas: «K örper» que trad ucim os sim plem ente p o r «cuerpo» y «Leib» que podem os trad u cir p o r «cuerpo viviente propio».

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