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ANTONIO PINTOR 379 con tra la m oral c ristiana. El resen tim ien to como «autoenvenena- m ien to anímico» (p. 167) es considerado tamb ién po r Scheler como una de las fuen tes de los ju icios axiológicos que lleva a falsear, incluso al «derrocam iento» ( Vom Umsturz. cler Werte, se titu la una ob ra de Scheler) de la rec ta escala de valores falseando así la ima­ gen del mundo. Pero, concedido esto, Scheler critica la acusación nietzscheana lanzada con tra la moral c ristiana y hace ver, en cambio, su im po rtanc ia en la génesis de la m oral burguesa. Otro tem a es­ tud iado es el del P udo r (escrito postum o incompleto), sen tim ien to p rop io de la estratificación del hom b re que realiza actos esp irituales como persona y, po r o tra pa rte , es un an im al con impulsos y sen ti­ m ien tos vitales. Hay un pudo r esp iritua l y o tro co rpo ral, aunque el estud io de Scheler, que está incompleto, se haya fijado casi ex­ clusivamente en el último ; «el pudo r es an te todo un sentim iento de p ro tección del in d iv id u o como tal y de su valor con tra lo un i­ versal» (p. 176). Scheler llega a sostener que el pudo r es un pun to germ inal im po rtan tísim o en la génesis de la conciencia moral. Otro de los sen tim ien tos estud iados es la simpatía, d istin ta de los actos de am o r y odio. La sim patía es un fenómeno o rig inario que tiene lugar fren te a o tro s seres vivos, consisten te en «comprender» sus vivencias, «participando» al m ismo tiempo en ellas (p. 187). F ren te al «sen tir algo con otro» ( M iteinanderfüh len ) y al contagio afectivo ('Gefühlsansteckung ), la sim pa tía en sen tido e stric to es la «compa­ sión» y la «congratulación» que suponen siempre la d istancia en tre el que simpatiza y el ob je to de la sim patía (pp. 188-190). Scheler resa lta tam b ién la im po rtanc ia de la sim patía en lo que toca al ensancham ien to de nuestras vidas y su valor ético positivo, pero c ritica a las «éticas de la simpatía» po rque ésta no es creado ra y, además, son éticas fundadas en el pun to de v ista del espectado r po rque la sim patía es siempre reactiva (p. 195). El am o r es uno de los temas más frecuen tes en las meditaciones de Scheler, h a s ta el pun to de que es él, ju n to con el valo r y la persona, el concepto fun ­ dam en tal de toda su filosofía (p. 196). Las teo rías que reducen el am o r a la sim patía, piensa Scheler, son p roductos del resen tim ien to . Después de su clásica descripción del Agape c ristiano fren te al E ro s pagano, Scheler rechaza la acusación de resen tim ien to lanzada po r Nietzsche con tra la moral cristiana. El am o r (y el odio) se dirigen a núcleos de valor an tes de que sean percibidos d istin tam en te ; es esta función la que depende de los actos previos de am o r y odio. El am o r no puede ser definido, pero sí descrito: «es el movim iento en el que todo ob jeto concretam en te ind iv idual p o rtad o r de valores llega a los valores más altos posibles p a ra él con arreg lo a su sen tido ideal; o en el que alcanza su esencia axiológica ideal, la que le es

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