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ANTONIO PINTOR 377 una construcción de la E tica, sino tan sólo su fundam en tación . Llambías p iensa que «pueden hacérsele reservas más o menos g ran ­ des, pero hay que reconocer que es una de las pocas con tribuciones de nue stro siglo realm en te originales en esta m ate ria (p. 61). Scheler p a rte de Kant, y desde aquí, con Kan t y con tra las éticas emp íricas, in ten ta co n s tru ir una m oral con validez a priori, aunque, con tra Kan t y con las éticas de bienes y fines, busca un a priori m aterial rechazando decid idam en te la iden tificación kan tiana de ap rio rism o y formalismo . El concepto fundam en ta l es el de valor, que Scheler describ irá como cualidad ideal dada in tu itivam en te en el percib ir sen tim en tal, d istin to , aunque relacionado con los bienes y fines. El valo r es lo p rim e ro que nos es dado en el sen tir intencional, con lo cual el sen tir tend rá p rim acía sob re el conocer. Scheler tom a muy en serio el tem a pascaliano de la «logique du coeur». El b ien en­ tonces es la realización de un valor, lo que hace que un valor, además de objetivo, sea real. Como tales, las cualidades de valor son «objetos ideales», con todo lo que ello significa en la fenomenología. Una afirm ación im po rtan te es que los valores tienen un ser, aunque no sea derivab le del se r real, sino un ser ideal, rechazando así la co­ nocida expresión de Lotze: «los valores no son, sino que valen», no ta muy im po rtan te que han pasado po r alto muchos críticos y que define perfectam en te el c a rá c te r de la axiología scheleriana. El va lo r es un hecho orig inario y, po r tan to , es erróneo qu e re r de­ rivarlo de una esfera de hechos ajena a él (con tra el psicologismo, eudemonismo, hedonismo, u tilita rism o ... éticos); L lambías cree acep tab le la refu tación de estos sistem as en la filosofía de Scheler y tam b ién su afirm ación de que el valor «es a priori fren te al deseo, al in terés, a la apreciación, al deber ser, al sentim iento» (p. 74), así como la p rio ridad de los valores fren te a los bienes y fines, y opina que las críticas de los escolásticos, desde W ittm ann , se fundan en una incomprensión. Así se puede fund a r la E tica en la Axiología. Como pun tos débiles señala el au to r: 1) El h ab la r del valor den tro de la categoría de cualidad, incompatib le con la afirm ación de que el valor es independ ien te de su po rtado r; 2) Scheler ha deducido demasiado ap re su radam en te la separación del valor y su p o rtado r del hecho cierto de que el valor puede darse como fenómeno in tu i­ tivo independiente; esto no es legítimo; que los valores sean a priori respecto de los bienes no significa que deban ser separados; 3) La tesis de que los valores son «objetos ideales» no ha sido suficiente­ men te p rofund izada, aunque la objeción de que así se convierten en ideas p latón icas afecta a H a rtm ann y no a Scheler; éste a firm a que todos los valores están fundados en el valo r de un e sp íritu p e r­ sonal infin ito , pero e sto queda muy poco desarro llado (pp. 75-77).

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