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J. CALASANZ GOMEZ 359 saldríamos del infantilismo o de la vigilancia paternalista. Pero ésta es otra cuestión marginal, por el momento. — El Obispo de Málaga incide en la rectitud del intento del mi­ nistro para impedir que sus iniciativas sean interpretadas a la defensiva. — Mons. Angel Herrera lleva a sus últimas consecuencias la ética interpretativa cuanto sitúa las palabras del ministro en su contexto. Una expresión tomada aisladamente o en un sen­ tido muy literal deforma el pensamiento genuino de un autor. De aquí la acotación herreriana. Por ejemplo, la expresión «mando» que emplea Arias Salgado se presta a una exégesis peyorativa de tipo castrense o autoritario. Pero —puntuali­ za— «no es el caso del pensamiento de vuestra excelencia». — El Obispo se ofrece como colaborador del ministro «por la nobleza y valentía con que ha planteado el problema». Comprensión, nobleza de mii'as, fidelidad a la conciencia, res­ peto y cordialidad en la disputa. Estas son las calidades normativas del diálogo de Mons. Angel Herrera Oria. No aparece en esta con­ versación epistolar ni una expresión, ni un gesto menos convenien­ te. Cuando hay que discrepar se hace de un modo honesto, con sana independencia de criterio. Es decir, se impugnan las ideas que no convencen pero sin herir a su defensor. Por su parte, Arias Salgado mantiene el nivel del diálogo ad­ mitiendo con sencillez los «reparos». No se ha atrincherado en su alto puesto para lanzar desde él leyes irrevocables. Ha estudiado concienzudamente la legislación civil y el pensamiento ético pon­ tificio como bases de la nueva ley proyectada. Y luego, sintiendo sus propias limitaciones, ha pedido la colaboración del pueblo. Que no era una argucia leguleya, lo comprueba la atención con que si- que la opinión pública. Y la humildad con que acepta toda clase de sugerencias. — El ministro agradece los elogios del Obispo. — Subraya el acierto de sus palabras al analizar el estado bo ­ chornoso de la prensa liberal. — Pide una aclaración sobre los puntos en que no están de acuerdo. — Esclarece el alcance de algunas expresiones suyas matizan­ do y distinguiendo.

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