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SERAPIO FERNANDEZ, 325 de la ciudad. Esto ha originado un menosprecio del campo, que al mismo tiempo se ve privado de muchos servicios públicos. El complejo de inferioridad del campesino obedece a esta situación desventajosa. La contraposición del mundo rural como lo natural y del mundo urbano como la técnica pudieran interpretarse igualmente como consecuencia de la economía. El empleo de la técnica en la ciudad se ha hecho necesario para satisfacer las múltiples necesidades de una población muy densa. La densidad de población hace rentables múltiples servicios y posibilita una mayor división y especializa- ción del trabajo. En el ambiente rural se había llegado a un equi­ librio entre las necesidades y la producción, Pero, al desbordarse las necesidades, este equilibrio de la producción ajustada al con­ sumo se ha alterado igualmente. Existe la tendencia a la mecani­ zación como en la urbe. Y la diferencia es puramente gradual: la satisfacción de las crecientes necesidades y la elevación de vida, en los medios rurales, empuja hacia un nuevo equilibrio entre pro­ ducción y consumo. Sólo que ahora no es un autoconsumo, sino una integración especializada en el mercado nacional, exactamen­ te como las actividades laborales de la urbe. La tendencia a un equilibrio, entre los niveles de vida, corre paralela a la tendencia igualitaria en las rentas de los distintos sectores. Y, por consiguiente, a una nivelación en todas las manifestaciones de la vida. El capital que «explotaba antes a los productores amenaza igualmente con ex­ plotar a los consum idores»2. c) Diferenciación de la actividad laboral. La actividad laboral da motivo para la fijación del tipo de trabajo agrícola y del trabajo industrial. En el campo predomina la actividad agrícola y en la ciudad la actividad industrial. De ahí surgen un conjunto de dife­ rencias que caracterizan a cada uno de los ambientes. La industria acomoda el proceso de producción a la maquinaria. La agricultura ajusta la maquinaria al proceso de producción. En la producción agrícola hay que tener en cuenta la configuración del suelo, el ciclo de crecimiento orgánico de animales y plantas. Esta irregularidad del proceso de producción obstaculiza la divi­ sión del trabajo y hace más costosa la mecanización. Los factores naturales siguen siendo determinantes en la agricultura, mientras 2. Véase Herbert K ötter, Agrarsoziologie, en Soziologie der Lehr- und Handbuch zur modernen Gesellschaftskunde... herausgegeben von Arnold Gehlen y Helmut Schelsky, Düsseldorf-Köln 1955, p. 216 ss.; Daniel D. Vidart, o . c., p. 376 ss.; T. Lynn Smith, o . c., p. 18.

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