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324 ESTADO ACTUAL DE LA SOCIOLOGIA RURAL b ) Diferenciación de la economía. La empresa agrícola más generalizada en Europa es la empresa familiar. Esta afirmación vale, en menor medida, de los Estados Unidos. La empresa agrícola europea estaba tradicionalmente orientada al autoconsumo. Y to­ davía, en la actualidad, se autoabastece de muchas cosas, aunque se vaya orientando al mercado. Sus notas características siguen siendo: casi exclusivo empleo de mano de obra familiar, elevada participación de mano de obra femenina, sobre todo en las tareas de recolección, y un gran número de obreros agrícolas eventuales. Estas circunstancias dependen del adelanto técnico de la empresa agrícola y, simultáneamente, del grado de desarrollo nacional. La paulatina integración en el mercado y la consiguiente innovación técnica han configurado nuevos problemas agrícolas. En primer lugar, los costes de producción, como consecuencia de la amorti­ zación del capital y del empleo de mano de obra ajena a la empresa familiar, han aumentado. En segundo lugar, las necesidades de la familia no pueden ser satisfechas con el aumento de la rentabilidad de la empresa agrícola o sólo pueden ser financiados con un mayor aumento de la rentabilidad. El primer hecho de la mecanización de las empresas agrícolas está siendo tanto una causa como un efecto de la incorporación del sector agrícola al mercado y a las leyes del mercado. Es indu­ dable que, en la actualidad, ningún miembro de la familia agrícola se cree obligado a sacrificar sus intereses particulares a los inte­ reses económicos del patrimonio familiar. Esto ha hecho necesario el empleo de mano de obra asalariada. Pero la emigración a la ciudad obligó a las grandes empresas agrícolas a introducir de modo substitutivo la máquina. Este fenómeno se ha hecho exten­ sivo posteriormente a las empresas medianas y las pequeñas em­ presas intentan, por medio de la cooperación, reemplazar igual­ mente la mano de obra. Las inversiones han sido, en muchos casos, superiores a las posibilidades económicas de la empresa agrícola y, en todo caso, tienen mayores gastos de amortización. Por otra parte, la productividad no siempre se ha reflejado en unos mayores rendimientos. Esto suele ser un hecho frecuente, dada la poca elas­ ticidad de la demanda de productos agrícolas. El segundo hecho mencionado es el contagio de la vida ciuda­ dana, que despierta nuevas necesidades. La emulación de la pobla­ ción campesina y el influjo de la propaganda comercial, a través de los medios de comunicación de masas, deja corto al autocon­ sumo. El rendimiento agrícola es, en todas partes, inferior al de los otros sectores de la economía. No es extraño que el agricultor no pueda equipararse, en sus niveles de consumo, a los habitantes

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