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G . Z A M O R A - G . D E S O T IE L L O 111 éste afirma es que todo ser contingente requiere una causa, sin prejuzgar si siempre y necesariamente ha de ser causado por un principio distinto del que lo recibe, que es lo que significa el principio del movimiento. Para el problema de la génesis del acto de la voluntad es una distinción capital. Escoto busca en la experiencia misma —nada esencialista en tal enfoque— la prueba de su posición y la del apriorismo de la contraria. Exceptuados los cambios sustanciales, percibe Escoto indicios de automoción en las demás clases de movimientos: los cuerpos caen no porque los empuje una entidad distinta hacia abajo, sino por su propia naturaleza. Esta explicación de la gravedad, que no supera en ingenuidad a sus contemporáneas, muestra ya a qué automoción fundamental se refiere: al dinamismo intrínseco del semoviente. Una semilla puede realizar en sí misma ciertas alteraciones que terminan en la generación; los animales se mueven debido últimamente a ciertos cambios cualitativos en y del alma. Los cambios cuantitativos obe­ decen también a que su sujeto aumenta o disminuye desde dentro en virtud del compuesto animado. Es lo que detectan los sentidos, a diferencia de lo que ocurre en un cristal. El dinamismo del sujeto espiritual es acentuado con mayor razón en los cambios del entendimiento y de la voluntad, aunque reconoce una causalidad parcial al objeto sobre el entendimiento y de ambos (probablemente) sobre la voluntad, que sigue, no obstante, siendo la causa principal de sus actos. Escoto reacciona fuertemente contra la aplicación absoluta del principio a ambas facultades por G. de Fontaines, pues no ve entonces defensa posible de la libertad. Si se le objeta que nada puede estar en acto y en potencia bajo el mismo respecto, Escoto distingue entre potencia-modo y potencia- principio y entre causa unívoca y causa equívoca. En la discusión sobre la voluntad (y el entendimiento) se trata siempre de potencia como principio operativo equívoco, lo cual no está en conflicto con la teoría del acto y la potencia... Una causa equívoca precontiene su efecto sólo en actualidad virtual.' Y de tales causas automotoras se trata siempre. Una y la misma causa puede contener una perfección en su actualidad virtual y estar al mismo tiempo en potencia respecto de la actualidad formal de tal perfección. Es el caso de la voluntad y sus actos. Escoto con ello concede una especie de poder creativo secundario a la creatura, capaz de poner nuevos entes en el ser. Naturalmente, siempre bajo el concurso divino, que es el «etiam ab alio» indefectible. E incluso admite a veces la con-moción por parte de agentes finitos. Mas siendo el concurso divino una conclusión metafísica no puede utili­ zarse como premisa de una demostración física de la existencia de Dios. Y es que en realidad sólo la metafísica puede, según Escoto, elaborar un ver­ dadero ascenso a El. Las ciencias, la filosofía natural, pueden ofrecer, a lo sumo, razones suasorias... 45. 45. R . E ffler , Duns Scotus and the physical approach to God, e n Johannes Duns Scotus, 1265-1965..., 171-190 (cf. n o t a 9).

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