PS_NyG_1968v015n001p0075_0116

1 1 0 D O S A Ñ O S D E F I L O S O F I A E S C O T IS T A (1965-1966) aunque por motivo distinto. Para el Angélico la creatura no puede crear porque, al ser por participación, no posee el ser en su plenitud absoluta. Para Escoto sólo Dios puede crear, porque si crear es producir, con una acción absolutamente independiente de cualquier otra causa, la sustancia misma del efecto, se sigue que sólo Dios tiene tal poder, poder que se funda en la infinitud de la esencia divina. También en torno a la omnipresencia y providencia divinas difieren Escoto y el Angélico, y una vez más por el distinto concepto de ser que está en el comienzo de ambos sistemas 43. 42 R . P r e n tic e , Razón y Fe. Hay un problema espinoso en Escoto, el de aquello que puede ser demos­ trado por la pura razón y aquello que es únicamente objeto de fe. Entre esos problemas está el de la omnipotencia. Para entender la postura de Escoto, es preciso distinguir con él la omnipotencia en sentido teológico, que es la de poder producir cualquier ser posible inmediatamente, sin la coope­ ración de ninguna otra causalidad, y la omnipotencia en sentido filosófico, que es el poder que mediata o inmediatamente puede producir todo lo posible. La omnipotencia en sentido filosófico es demostrable racionalmente; pero no la omnipotencia en sentido teológico. A la omnipotencia teológica podemos llegar racionalmente con cierta probabilidad. Con ello Escoto muestra su sensibilidad acerca de las relaciones entre fe y razón y acerca de la cola­ boración entre ambas 44. 43 R . E f f l e r , "Moverse" es reflexivo antes que pasivo... ¿Puede ofrecer un acceso natural a Dios la filosofía de la naturaleza, concebida como combinación de ciencia positiva y metafísica? Responder afirmativamente hubiera sido normal en la escolástica, sobre todo en la musulmana de Averroes, mas quizá, como hizo éste, al precio de subordinar la metafísica a la física (dirección no ajena aun hoy día a ciertos intérpretes de S. Tomás). El problema proviene del aristotélico aserto de que todo móvil es movido por otro, aserto negado por Escoto no sólo como ultrajante al ser espiritual cognoscente y volente, sino como contrario a la experiencia. Tanto en el uni­ verso material como en el del espíritu se da automoción. Lo que niega Escoto es que el principio receptor de una perfección no pueda en medida alguna ser causa eficiente de esa perfección. Sentido exclusivista del principio del movimiento que posteriormente algunos atenuaron retocándolo con el «etiam ab alio movetur», precisamente para sortear la crítica de Escoto. Ese prin­ cipio es, además, irreductible, según Escoto, al de causalidad, pues lo que 43. L. I am m arrone , II problema della creazione nel pensiero di Giovanni Duns Scoto, Mise, frane. 66 (1966) 401-447. 44. R. P r en tic e , L’onnipotenza divina secondo G. Duns Scoto, en Studi frane. 63 (1966) 34-50.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz